"No hay nada que se pueda comparar a este gimnasio. Había muy buen ambiente, las instalaciones eran fantásticas; nos sentíamos a gusto. Éramos casi como una familia", explicaban Ana Ginestra, Marga Quijada, Susana Lucena, un grupo de socias a la salida de una clase. Hoy volverán. Será la última jornada. El cierre del Megasport, decretado ayer por el Ayuntamiento ante distintas irregularidades administrativas y urbanísticas, provocó "rabia" entre muchos de sus socios. La mayoría calificó la decisión, si bien desconocían el contenido del decreto, de "injustificada: el club está muy bien y nos sentimos muy seguras en él".

No tenía la misma impresión un socio veterano, Matíes Mateu. "La ampliación se ha hecho sin permiso. Es una ratonera. Si hubiera ocurrido un incendio no quiero ni pensar qué habría pasado con la cantidad de personas que pasan por aquí y estas salidas de emergencias tan mal hechas".

En el vestíbulo la pregunta fue común: "¿Dónde vamos a ir ahora? ¿Qué va a pasar con lo pagado?" "No tengo nada claro. Mañana vendré y a ver qué dicen", indicó otro socio, Santiago Roldán.

Las puertas permanecerán abiertas unos cuantos días para que los socios puedan retirar sus objetos personales de las taquillas además de tramitar la devolución de las cuotas pagadas por adelantado.

La empresa explicó en unas cuartillas pegadas en alguna puerta del gimnasio que "con este decreto de Cort, no se deja ningún margen para mantener la actividad en Megasport. El Ayuntamiento no ha aceptado ni una sola de las alegaciones aportadas al expediente por este grupo empresarial. Tampoco se ha atendido a ninguno de los compromisos de rectificación de irregularidades, ni de demolición de todo aquellos que fuera necesario".

Casi 200 trabajadores a los que sumar los de servicios subcontratados por la empresa fueron alertados la noche del pasado miércoles; ayer se les comunicó la decisión de la empresa de cerrar. "Cort no nos deja margen. Vamos a aplicar la misma vía que en BCM. Vamos a plantear un recurso contencioso administrativo", indicó el portavoz, Tomàs Ibarz. "Los criterios actuales, Cort no los ha tenido en 17 años", señaló el portavoz.

Helena Moyà, otra socia, confesó sentir "rabia, porque me era muy cómodo; y es un gimnasio muy familiar".

María Pérez lamentó "la pérdida de trabajo de los empleados. No pensé que iban a dejarlos en la calle". Sofía Dapena no ocultó su enfado porque ella, en el Megasport, confesó haberse "sentido bien conmigo misma".