El Ayuntamiento de Palma cerró el ejercicio económico del año pasado con un superávit o remanente líquido de tesorería de 42,8 millones. En una junta de gobierno extraordinaria celebrada ayer se procedió a la liquidación del presupuesto del año pasado. Según el concejal de Hacienda Adrià García, las cuentas municipales de 2017 "consiguieron el equilibrio presupuestario, sin subir los impuestos ni recortar servicios", aseguró, además de disponer de un excedente de 42,8 millones. Asimismo, manifestó que la deuda municipal se ha reducido desde 2015 en un 66%.

Además de cerrarse el ejercicio con superávit, se cumple con el plan económico y financiero redactado en 2015, que se tuvo que elaborar tras el incumplimiento de la denominada "regla de gasto" como consecuencia del pago obligado por sentencias judiciales de expropiaciones realizadas en anteriores mandatos. García criticó nuevamente esta norma "que pone trabas y límites a los presupuestos y a los servicios que se prestan a los ciudadanos, pese a disponer de superávit y la estabilidad presupuestaria".