El centro de educación especial de Son Ferriol necesita duchas adaptadas para sus estudiantes y un comedor. Es el único colegio público de la isla especializado en niños y adolescentes con algún tipo de discapacidad intelectual, pero sus alrededor de 80 alumnos "no pueden desarrollar todos sus hábitos y potenciar su autonomía personal, que forman parte de su aprendizaje y transición a la vida adulta, debido a que carecen de los servicios adecuados", tal como afirmó ayer la presidenta de la asociación de madres y padres (Amipa) del centro de educación palmesano, Ana Espino.

Respecto a la falta de comedor, la portavoz de los progenitores dijo que "no es solo un derecho, como tienen otras 180 escuelas públicas", sino que para sus hijos "quedarse a comer fomenta sus capacidades y autonomía y los educa en los hábitos de alimentación. Además, a las familias nos ofrece una cierta normalidad de horarios y la posibilidad de hacer actividades extraescolares". Los alumnos salen de clase a las 13,20 horas y, después del comedor, se podrían llevar a cabo actividades adaptadas a sus necesidades de aprendizaje y refuerzo.

Espino explicó que "el Govern no tendría que realizar una gran inversión en infraestructura, ya que el centro es muy espacioso y se podría aprovechar la actual sala de secretaría para colocar en ese lugar las cámaras frigoríficas de la empresa de cátering. Solo habría que hacer una puerta para conectar esta habitación con la contigua, que sería el comedor", según sus palabras.

La otra demanda importante es la construcción de unas duchas adaptadas, ya que actualmente tienen tres comunitarias en cada uno de los dos baños existentes, aunque "necesitan una reforma urgente, porque son muy viejas, se embozan, el suelo resbala y no tienen agarradores, por lo que ha habido alumnos que se han caído y comienza a ser un riesgo para su seguridad", tal como describió la portavoz de la Amipa. Tampoco tienen mamparas separadoras, "que ayudan a que valoren qué es el respeto a la intimidad", añadió, y "las taquillas son inservibles para unos alumnos que necesitan aprender la importancia de ordenar y guardar sus cosas". Espino recordó por último que tienen que ducharse obligatoriamente tras las clases de Educación Física y los talleres en el huerto, "no solo por higiene, sino como hábito de aprendizaje".

La Amipa lleva reclamando ambas mejoras desde hace años, pero la conselleria de Educación dio prioridad en 2016 a la reforma del techo debido a que "estaba en juego la habitabilidad de todo el edificio". Ahora que lo más grave está arreglado, "los niños tienen otras necesidades y es hora de que se solventen", concluyó.