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Palma a palma

Cargadores

Cargadores

Hasta ahora, teníamos un ajuar mínimo para los desplazamientos. La muda de ropa interior, el cepillo de dientes, un peine... Pero con la aparición del móvil ha surgido un nuevo personaje. Imprescindible, tiránico. ¡El cargador!

Me impresionaron las imágenes de un grupo de refugiados sirios en tierras centroeuropeas. Mientras rechazaban ostensiblemente las botellas de agua que les tendían los sanitarios, se arrojaban sobre los enchufes para conectar los cargadores. Ello significaba el hecho de estar conectados. De hablar con los suyos. Era el último vínculo que les quedaba.

De manera que el cargador se ha arrogado una posición de privilegio. En medios de transporte modernos, siempre hay un conector para recargar el móvil. Las habitaciones de hotel han de prever ese enchufe estratégico donde aplicar el cargador. Viajar con el móvil a baja batería es un poco como hacerlo con un bebé. Siempre estás buscando donde recargar. Incluso en los lugares y las circunstancias más inverosímiles. Angustiado. Como si fuera tu vida en ello.

Es por esa razón que se han inventado esas baterías portátiles, que al menos solucionan provisionalmente el problema. Pero el hecho es que el hombre del siglo XXI puede emular la célebre frase de Ortega y Gasset. Y afirmar: "Yo soy yo y mi cargador".

Como objeto, el cargador es más bien poca cosa. Un cablecillo y un pequeño cabezal. Pero nos acompaña en todos los desplazamientos. Terminamos por saber para qué aparatos es compatible y para cuales no. A veces, nos obliga incuso a llevar dos al mismo tiempo. Para los diferentes ingenios electrónicos.

El cargador es el mejor símbolo de la fragilidad de esa cultura intercomunicada que vivimos. Donde todo se apoya en el convencimiento de que los recursos son inagotables. Todo se basa en la obsolescencia programada. En los cambios de modelos. En los trucos para hacerte gastar más.

Los datos, el calendario, la música, la agenda, las noticias, los contactos, las películas, los mensajes...

Tanta cosa que depende de un simple cablecillo y un enchufe.

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