El alcalde, Antoni Noguera, defendió ayer los términos del preacuerdo alcanzado con los restauradores para la modificación de la ordenanza de terrazas, cuyos cambios calificó de "valientes", y afirmó que no se va a modificar su contenido, pese al desacuerdo puesto de manifiesto en el pleno del jueves por el presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Palma, Joan Forteza, quien abandonó la sesión.

Noguera explicó que, a su juicio, los peatones, vecinos y ciudadanos, "ganan mucho" con los cambios previstos en la ordenanza. Entre otros, señaló la supresión de todas las denominadas microocupaciones; que los nuevos establecimientos tengan que dejar dos metros y medio para el paso de peatones en lugar de los dos actuales; que las comunidades de vecinos deban aprobar la colocación de terrazas frente a su edificación y la supresión de todas las pérgolas, aunque sea una medida que no se tenga que aplicar en un año y medio. Asimismo, recordó que se recuperan para el ciudadano plazas como la d'en Coll, convertida ahora en una gran terraza. Según Forteza, la Federación exige que se dejen dos metros y medio entre las fachadas y las terrazas en las calles Fàbrica y Blanquerna y emplazó al equipo de gobierno a rectificar en fase de alegaciones.

La modificación de la ordenanza está pendiente en estos momentos de las enmiendas que puedan hacer los grupos municipales de la oposición al texto aprobado por la junta de gobierno.

Se prevé aprobarla inicialmente en el pleno ordinario del próximo mes de abril. A partir de este momento se expondrá al público para alegaciones 30 días. Tras su resolución se aprobará definitivamente. Se espera que pueda entrar en vigor en junio o, a lo sumo, a mediados de julio. La propuesta presentada hace dos semanas como "de consenso" también recibió duras críticas por parte de la asociación conservacionista Arca, quien la calificó como "una tomadura de pelo".