El complejo de ocio Megapark, propiedad del empresario Bartolomé Cursach, puede estar abierto al público hasta que el Ayuntamiento de Palma ordene su cierre por carecer de licencia de apertura y funcionamiento.

En estos momentos los técnicos de este departamento municipal están estudiando las alegaciones presentadas por la empresa contra la denegación de la licencia de actividad como establecimiento de ocio y restauración. Esta denegación se produjo en la gerencia de Urbanismo del pasado 20 de febrero, después de que el informe técnico del servicio de Control y Seguridad de los establecimientos, el jurídico y el de actividades fueran desfavorables.

El Ayuntamiento constató la realización de obras sin licencia en el complejo de ocio de la Platja de Palma. Aunque estos trabajos se ejecutaron hace años, ahora se procederá a la apertura de un expediente de disciplina urbanística que, en cualquier caso, finalizará con una sanción económica y, en función de las obras realizadas sin permiso, con un expediente de demolición.

Los técnicos deberán determinar si las anteriores licencias concedidas al complejo están en vigor o no.

En el acuerdo de denegación de la licencia para la actividad de establecimiento de ocio y restauración se indica que esta decisión se fundamenta en que el proyecto básico para la legalización y ampliación del edificio "no da cumplimiento a la normativa del Plan de Reconversión Integral (PRI) de la Platja de Palma".

También se señala que Cursach presentó en 2015 un permiso para la legalización y ampliación de una actividad para la cual no tenía licencia con anterioridad, por lo que "se trata de implantar un uso que no existe, para la que se requiere un permiso y un título habilitante nuevo".

Igualmente, se detalla que el titular "ejecutó unas obras y puso en funcionamiento una actividad para la cual no contaba con autorización municipal". Cort también investiga desde hace meses la licencia y las obras realizadas en el complejo Megasport. Cursach ha renunciado al funcionamiento de la discoteca Pachá después de que el conssitorio rebajara el aforo de la sala y le obligara a la demolición de todas las obras sin licencia.