Este lunes prendieron en el balcón de Cort un gigantesco lazo morado como acto simbólico de apoyo al Día de las Mujeres, mañana 8 de marzo. Fueron mujeres, del gobierno municipal y de la oposición, quienes colgaron esta enseña. A escasos metros, en la sala de Plenos, la desigualdad de géneros se mantiene intacta. La ley de Igualdad, aprobada en marzo de 2007, con los intentos de frenarla del Partido Popular, no se cumple 'simbólicamente' donde cada mes se toman las decisiones más importantes de la ciudad.

El incumplimiento es visible en las paredes. En la sala de Plenos están los cuadros de los Hijos Ilustres de la ciudad. Ahí es donde se evidencia una desigualdad que en el siglo XXI sigue manteniéndose. Los números cantan: 190 hombres han sido declarados ilustres de Palma. Ni un diez por ciento de representatividad. La paridad por los suelos.

Ni siquiera en democracia se trató con igualdad a las mujeres a la hora de significarlas como hijas ilustres de la ciudad. Desde 1979, se han elegido a trece personas, todas ellas menos una, hombres.

En el siglo XXI, el mismo que clama a favor de la paridad en un amplio sentido, se ha avanzado en igualdad en Cort. En la sala donde se reúne el equipo de gobierno para dar cuenta mes a mes de las medidas municipales, de los cuatro nombramientos, tan solo se distinguió a una mujer, Cayetana Alberta Giménez Adrover, fundadora de la congregación la Pureza de María. Catalina Cirer, del PP, era la alcaldesa.

Los otros hijos ilustres del XXI son el poeta y ensayista Josep Maria Llompart, el político Félix Pons, y el diputado en las Cortes en 1931 y fusilado en la Guerra Civil, Alexandre Jaume.

¿Qué hay que tener para que se le nombre Hijo Ilustre a alguien? "Antes de que se estableciera un mecanismo reglado y forjado desde una consciencia más o menos democrática para la designación de hijos ilustres, estas distinciones se otorgaban por procedimientos diversos: proclamación automática como los reyes; personajes con papel histórico relevante como científicos, literatos, militares, nobles, obispos, cardenales o misioneros; o bien cuando la ciudadanía elevaba al personaje a un estadio de distinción simbólica sobre una base de devoción religiosa o en función de una vida heroica o excepcional desde el punto de vista civil", se lee en la introducción del volumen Hijos Ilustres, editado en 2008, siendo alcaldesa una mujer, Aina Calvo.

Hay que deducir que ¿en la historia de Palma no existen suficientes mujeres con méritos probados para compartir las paredes del Ayuntamiento con los hombres?

A tenor de las elecciones hechas sobre los personajes que representan o distinguen a la ciudad, parece que el olvido vuelve a cargar contra las mujeres.

¿Quiénes son las trece excepciones? Bárbara Andreu Malferit, es decir, sor Clara Andreu; Francesca Maria Verónica Bassa Bisquerra; Elisabet Cifre de Colonya; Constanza de Aragón; Gaietana Alberta Giménez Adrover; Manuela de los Herreros i Sorà; Maria Cristina de Borbón; Caterina Maura Montaner; Joana Oliver Andreu; Elionor Beneta Ortiz Girart; Maria Antònia Salvà de sa Llapassa Ripoll, y Caterina Tomàs i Gallard.

Del balcón de Cort cuelga un lazo morado pero son escasas las 'hijas ilustres'.