La pista deportiva de Can Baró reabrió ayer sus puertas tras más de un año cerrada debido a una sentencia judicial. Los alumnos del colegio Virgen del Carmen fueron los primeros en usar las instalaciones insonorizadas por el Institut Municipal de l'Esport (IME) después de la denuncia de un vecino por exceso de ruido. El espacio público de la calle Joan Maria Thomàs, en el barrio de Son Armadans, tiene ahora pantallas acústicas colindantes a la calle Tomàs Vila, plafones de absorción en el techo de la zona de las salas y redes de protección detrás de las canchas y las porterías.

Las nuevas instalaciones, que han supuesto una inversión de más de 21.000 euros, han logrado disminuir los decibelios a menos de 55, que es el límite permitido legalmente, tal como explicaron ayer desde el IME. El juzgado de lo contencioso número 2 ordenó la implementación de mejoras de insonorización y, como no se hizo antes de la fecha dictaminada, el Ayuntamiento tuvo que cerrar la pista deportiva de Can Baró el 5 de octubre de 2016.

Dichas medidas correctoras de insonorización han consistido en instalar pantallas transparentes de metacrilato de 24 metros de largo por dos de ancho, plafones que evitan las reverberaciones y las citadas redes para amortiguar los impactos de los balones. Otra actuación previa fue la colocación de una valla lateral para tratar de impedir que se cuelen en la pista jóvenes que practican botellón, como ocurría antes, con el ruido que conllevaba hasta altas horas de la noche.

La concejala de Deportes de Cort, Susanna Moll, manifestó su satisfacción tras la reapertura de este espacio para el barrio, cuya insonorización "permite retomar la actividad física y deportiva y conciliarla con el descanso de los vecinos", según destacó. En Son Armadans carecen de más sitios públicos de este tipo, por lo que la presidenta del IME considera que es "una instalación muy necesaria para los niños, entidades, clubes y colegios de la zona".

De hecho, la pista de Can Baró es utilizada habitualmente por tres centros educativos porque sus equipamientos deportivos son pequeños o no tienen, como ocurre en Virgen del Carmen, el Liceo Francés y las Escolapias.

Por parte de la Federación de Vecinos, Marisa Bonache resaltó que Palma tiene muy pocas pistas de patinaje y esta cuenta con un buen pavimento y señalización para tal actividad, por lo que se congratuló de su reapertura.