Los restauradores de la calle Fàbrica, una de las afectadas por la propuesta de un plan zonal que supone la reducción de una de las dos hileras de mesas y sillas en cada lado, han manifestado su total rechazo a la propuesta municipal.

Pau Bestard, representante de los locales de esta calle, afirma que "somos un eje cívico ejemplar, que cumple "escrupulosamente con el horario de cierre de las terrazas y que, además, pagamos una tasa de ocupación de la vía pública más elevada que en el resto de la ciudad".

El empresario afirma asimismo que la asociación de vecinos de Santa Catalina apoya el mantenimiento de las terrazas y advierte de que si se acepta la propuesta de Cort "pueden perder su trabajo unas cien personas".

Por su parte, el PP ha anunciado que solo apoyará la nueva norma si existe un "consenso total", reclamó un estudio económico y advirtió que, si no es así, la derogará si gobierna de nuevo.