Puede haber disparidad de opiniones pero si algo une a los taxistas es que deben incrementarse las medidas de seguridad. "No tenemos miedo, pero nuestro oficio es de riesgo", expresó Antoni Bauzà, presidente balear del taxi, antes de entrar en una reunión mantenida ayer con Cort y la Policía Local, a petición del gremio.

Desde Seguridad Ciudadana y Movilidad las propuestas de "estrategias para mejorar la seguridad" van desde el llamado botón de pánico, un sistema de geolocalización permanente que avisa de la posición exacta a la emisora del 092 cuando el taxista sufra una agresión, una herramienta similar a la usada por las mujeres víctimas de violencia. Muchos taxistas ya usan este botón que Cort ayer presentó "como sistema innovador y pionero, al ser la primera ciudad en España en usarlo".

Sin embargo, no parece contar con muchos adeptos. "No ha evitado los dos apuñalamientos del año pasado", indicó Bauzà.

"Con el sistema presentado, la emisora de Policía sabrá que está pasando y enviará a la unidad más cercana", indicaron desde Cort.

Las otras tres propuestas municipales que explicaron ayer Angélica Pastor y Joan Ferrer son las mamparas para lo que "solicitaremos una partida en los próximos presupuestos". Colocar una mampara cuesta alrededor de unos 1.100 euros.

Por otro lado, y ahí es donde hay mayor interés por parte de los taxistas, está la tercera propuestas: la colocación de cámaras de seguridad en el taxi. La cuarta es la organización de talleres de autodefensa.

El gremio de taxistas es partidario, en líneas generales, de que se coloquen cámaras en su vehículo de trabajo, pero se han despejar los límites legales ya que se entra en la privacidad del pasajero y se podría vulnerar la ley de protección de datos.

"En una primera reunión ya les dijimos que estábamos interesados en esta medida de seguridad; pensábamos que hoy nos darían más pistas. Es probable que tengamos que financiárnosla nosotros", expresó Antoni Bauzà.

Autodefensa

En cuanto a los talleres de autodefensa, que impartiría la Policía Local, son bien vistos por el gremio. "Todo ayuda", agradeció Bauzà. "Además, será buena esta formación si se complementa con otras medidas porque el botón o las cámaras no evitan las agresiones, pero pueden ser disuasorias", estimó. Los talleres son voluntarios.

Desde Cort se aclaró que el coste tanto de los llamados botones de pánico, unos 90 euros, como de las mamparas, más de miel euros, son a cuenta del profesional. Con todo, se estudiarán ayudas en los próximos presupuestos. El uso de botón y mampara es voluntario.