La actriz Catalina Solivellas dio ayer el sus a las fiestas de Sant Sebastià como pregonera y reclamó una Palma para los palmesanos, una ciudad donde los jóvenes puedan tener su propia vivienda. En su pregón, también defendió la libertad de las mujeres para disfrutar de estas fiestas, para vestir y bailar como quieran. "Porque en Sant Sebastià no queremos 'manadas'. ¡No es No!", proclamó. Solivellas compartió protagonismo con el grupo Sterlin, que justo después ofreció un concierto en la misma plaza de Cort.

A media tarde había sido el turno de los más pequeños. La filóloga Caterina Valriu fue la encargada del Pregonet en la plaza Santa Eulàlia y explicó a los niños la historia de los diferentes capgrossos que participan en las fiestas tradicionales. Cada personaje tuvo su momento de protagonismo a través de un cuentacuentos, que finalizó con el Drac de na Coca.

Después fue el turno de Catalina Solivellas, quien subió al escenario instalado en Cort, una plaza que no se llenó pero que aplaudió los guiños de la pregonera al referéndum y a su deseo de expresarse en catalán "con naturalidad".

Un pregón reivindicativo

Solivellas había anunciado que huiría de las lamentaciones y de las críticas políticas, pero sí fue reivindicativa. A través de sus recuerdos fue describiendo los cambios en Palma. "Creo que no vamos bien, que los mismos palmesanos quedamos excluidos de poder vivir en Palma. Yo misma, si ahora quisiera vivir aquí, donde nací, no podría, por los precios de los pisos. Y, puesto que estamos, ¿cómo puede ser que la corriente eléctrica y la calefacción sean más baratos en Alemania que aquí?", planteó.

Para la artista, Ciutat es el "paraíso" y como tal, "todo el mundo quiere venir". "En el viaje a la modernidad, hemos ganado cosas muy buenas, y también mucho dinero, pero tenemos que ir con cuidado para no perder el alma de Palma, que es única e intransferible", apostilló.

De cara al futuro, Solivellas se mostró optimista con los planes del Ayuntamiento. "Parece que hay la voluntad de proyectar y dirigir Palma; ya era hora, porque Palma, los últimos años, demasiado años según mi parecer, había perdido forma; no había ni proyección ni dirección; no era tratada como merece. Era como si tuviésemos a Maria Callas y le hiciéramos cantar el Despacito".

Aun así, la pregonera lanzó una nueva crítica: "No puede ser que nuestros jóvenes no tengan acceso a la vivienda y que, con más de treinta años, tengan que compartir piso. Así no se puede comenzar una vida de persona adulta".

Ya al final de su pregón, Solivellas quiso dejar claro que "en nuestras fiestas, las mujeres, les al·lotes, pueden ir vestidas como quieran, con faldas largas o cortas, escotadas o no. Podemos bailar desatadas o no, sin que ningún hombre nos moleste, y mucho menos nos agreda, porque en Sant Sebastià no queremos manadas. ¡No es no!", concluyó.

Tras los aplausos, el alcalde de Palma, Antoni Noguera, agradeció su personal visión de Palma y dio paso a Sterlin. La formación, con Adela Peraita como vocalista, interpretó temas con los que homenajean a Leonard Cohen.