La Fundació Natzaret asiste en la actualidad a unos cincuenta chicos entre 5 y 18 años. El 'temor' de venta del solar de esta organización es un runrún histórico pero en los últimos meses se ha incrementado.

Vecinos y usuarios se preguntan: "¿Qué futuro tendrá la Fundació al perder el alquiler de la discoteca Pachá?". Son miles de euros al mes.

Una persona muy cercana a esta entidad que se creó gracias a la donación de los terrenos por parte de Carme Rubert, para que acogiera una asociación de ayuda a los menores con problemas, asegura que "hace años que se intenta vender; y en los últimos tres, el mercado se ha vuelto a reactivar". Incluso indica que "hay un inversor alemán". Años atrás, se vio a chinos y norteamericanos interesados con el solar.

El temor no es la venta en sí, si no qué porción del amplio solar se va a vender y, sobre todo, "¿qué va a pasar con los chicos que están aquí?", añade esta persona que prefiera mantenerse en el anonimato.

Temen que, en caso de traslado a otro lugar, "los chicos puedan perder calidad de vida porque están arraigados en el barrio". Asumen que en caso de una operación inmobiliaria, a la propiedad le asiste la legalidad, pero insisten en recordar la finalidad sociobenéfica de la Fundació. La cifra que corre de boca en boca de la operación de venta es de 27 millones de euros.

Por otro lado, los vecinos de El Terreno, que se han reunido con los responsables de Urbanismo, aunque Cort no es propietario del solar, recuerdan que "hemos solicitado la utilización de la pequeña pista deportiva"; además han pedido a Cort "tener un espacio para huerto ecológico".

Proyecto de conexión con el mar

Este solar es colindante con uno de los viales de conexión del Terreno con el mar a través del proyecto de los arquitectos Joan Fortuny y Xavier Andreu, ganadores del certamen, que está asistido económicamente por Fondos Feder de Europa.

El proyecto de conectividad establece tres ámbitos de actuación, y uno de ellos se encuentra en Natzaret. Se conectaría con el mar a través de un ascensor. "No creo que el proyecto que presentamos corra peligro. Solo pido una pequeña reserva de espacio que permita la conexión con el mar", expresó el arquitecto Joan Fortuny, que conoce bien el barrio por haber vivido en él desde siempre.

"Se puede hacer una promoción de viviendas, espero que no de lujo, pero sin olvidar que ha de contener equipamiento deportivo, ver las alturas y cómo se colocan los edificios", recuerda.