Cientos de niños portaron ayer sus cartas en el passeig des Born. Querían entregar en persona las misivas a los pajes de los Reyes Magos. Pero hubo que ser muy pacientes porque antes de la llegada de los emisarios de Melchor, Gaspar y Baltasar tocó la música. Y ésta llegó con la banda de Buruños. A la espera de que el paseo se hiciera ancho para acoger a los representantes de los Reyes de Oriente, el Born se convirtió en una pista de baile donde los pequeños calmaron sus nervios con bailes improvisados. A dos días de la llegada de los Reyes, los nervios están a flor de piel.

Las hermanas Carme y Laia Amengual están en primera línea del escenario. Su madre Carme Munar contó que "son asiduas; desde que son muy pequeñas han querido venir al Born a entregar sus cartas porque quieren estar seguras de que les van a llegar a los Reyes", ríe. Sus hijas sujetan con firmeza la misiva.

Como Carla Hila, la hija del regidor de Urbanismo, que en brazos la aupa para que vea bien cómo se desarrollaba la escena. Ella ha hecho el sobre, decorado con emoticonos y flores. Muy parecidas a las que portan en sus cabezas los músicos de Buruños con tulipanes en sus gorros. "¿Pero ¿dónde están los pajes?", se escucha a unos niños que gritan: "Queremos los regalos, queremos los regalos".

En el passeig del Born se hizo el silencio poco a poco. Los tamborers de la Sala se abrieron paso entre cientos de padres, abuelos también, y niños. ¡Al fin llegaron los pajes de sus Majestades de Oriente! Los pequeños como Carla aplauden. En unos instantes entregarán la carta que llegará a un destino mágico que les portará, si se han portado bien, algunos de los regalos deseados. "He pedido un patinete eléctrico, pero no sé si me lo regalarán", dijo uno de los críos.

Los pajes, escoltados por los estandartes que representan a sus señores, los Reyes de Oriente, desfilaron con solemnidad en una coreografía organizada por Toni Socías.

El primero en abrirse paso entre los pequeños fue el paje de Melchor, representado con el color azul; le siguió el cortejo de Gaspar, con el color violeta, y por último, cerrando la comitiva, el paje del rey Baltasar, con el naranja como tono que le presenta. Fue uno de los más aplaudidos.

La noche más mágica del año está a la vuelta de la esquina. Los niños "más rezagados", o aquellos que "quieren dársela a los representantes de los Reyes" entregaron ayer sus misivas. Como Palma.