Los pies de la estatua ecuestre del rey Jaume I se llenaron ayer de coronas de flores, las entregadas por una veintena de entidades y partidos políticos la víspera de la Festa de l´Estendard. La ofrenda floral a quien conquistó Madina Mayurqa tal día como hoy del año 1229 contó como novedad con una mayor presencia del Consell de Mallorca, ya que este año por primera vez la Diada de Mallorca se celebra el 31 de diciembre. Una decena de representantes de la institución insular, encabezados por su presidente, Miquel Ensenyat, estuvieron en el escenario de la plaza de España, con Cort y el alcalde, Antoni Noguera, como anfitriones.

Los miembros de la corporación municipal cerraron el acto portando su ofrenda al son de la Balanguera, interpretada por la Banda de Música. Antes de ellos tocó el turno al Govern balear y los encargados de llevar la corona de flores fueron la recién estrenada vicepresidenta, Bel Busquets, y el conseller Vicenç Vidal, quienes recibieron abucheos por parte de los manifestantes españolistas allí congregados. A un lado de la plaza se encontraba este grupo y al otro, los independentistas, separados ambos por dos hileras de vallas y un cordón policial.

Los primeros en honrar al Rei en Jaume fueron los Castellers de Mallorca, seguidos por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma. Las 24 asociaciones y partidos políticos inscritos en el evento fueron desfilando uno tras otro y algunos de ellos se llevaron abucheos o aplausos según de qué lado de la plaza viniesen. Los que más reacciones provocaron en ambos grupos fueron ERC y la Obra Cultural Balear.

Antes de la ofrenda, la Banda Municipal realizó un concierto, pero los asistentes no pudieron escuchar bien las seis canciones que interpretaron por los gritos de los manifestantes. Mientras tanto, en la parroquia de Sant Miquel, el nuevo obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ofició una misa a la que asistió el alcalde, el concejal Llorenç Carrió y miembros de la oposición municipal. Al final del acto religioso se cantó una salve a la Mare de Déu de la Salut para "pedirle una ciudad en paz".