Las modificaciones introducidas en la Festa de l'Estendard a petición del Consell por haber sido designado el 31 de diciembre como Diada de Mallorca no afectan a su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial.

Así lo indica un informe solicitado por el Ayuntamiento de Palma, que ha sido suscrito por el jefe de sección de Bienes Culturales de la institución supramunicipal, Antonio Lozano Ruiz.

Este funcionario considera que "la solicitud del Consell de participar en los acto no comporta ninguna alteración de los aspectos fundamentales de la fiesta, que se describen en el informe que motiva la declaración" de BIC.

Asimismo, indica que, "tal como señala también el informe del cronista de la ciudad, la participación del Consell mantiene el esquema principal de la fiesta, sin que en ningún momento implique contradicción, alteración o cambio con la celebración actual". Igualmente, tal como señala la Unesco, "los únicos que pueden alterar en cualquier aspecto una tradición secular son sus portadores".

En este caso, el funcionario señala que "el portador principal es el organizador, el Ayuntamiento de Palma". Por tanto, según Lozano, "el Ayuntamiento, y solo el Ayuntamiento, no grupos políticos o sentencias judiciales, podría modificar los rituales en todo lo que considere pertinente para mantener viva, en la sociedad, la fiesta".

De esta forma, se rechaza la posibilidad planteada por el grupo municipal Ciudadanos de que un juzgado paralice cautelarmente la introducción de los cambios previstos.

Al respecto, el alcalde de Palma, Antoni Noguera, afirmó ayer que, en realidad, este grupo municipal no está en contra de los cambios que se quieren introducir este año en la fiesta de l'Estendard, consistentes en la participación del Consell y de los alcaldes de Mallorca, sino que "rechazan la declaración del 31 de diciembre como Diada de Mallorca demostrando de esta forma su antimallorquinismo".