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Entrevista

"El Ayuntamiento de Palma es el único que ha mantenido el escudo del Rey"

El cronista de la ciudad publica un estudio sobre la historia de la Casa Real de Mallorca a través de su heráldica

"El Ayuntamiento de Palma es el único que ha mantenido el escudo del Rey"

Bartomeu Bestard Cladera ha dedicado el último año y medio de su vida a escudriñar entre legajos y abultada bibliografía sobre la historia de la Casa Real de Mallorca a través de su heráldica, un pasaje lleno de "equívocos" que él ha desbrozado con la única intención de "dar luz". Se mantiene al margen de polémicas porque cuando se trata de símbolos suele aflorar un peligroso irracionalismo.

Muy oportuno en los tiempos que corren su investigación sobre la heráldica de la Casa Real de Mallorca. ¿Puede levantar ampollas?

Me mantengo al margen. Lo que he hecho ha sido para esclarecer un tema de la historia institucional de Mallorca. Las grandes líneas han quedado aclaradas. El Ayuntamiento de Palma es el único que ha mantenido el escudo del Rey, al mantener el escudo de la Universidad del Reino de Mallorca.

Vayamos al inicio. ¿Qué le llevó a investigar este tema?

Quería desenredar este lío, la historia del escudo del rey de Mallorca, del que aún se siguen manteniendo errores.

¿Cuáles?

Aquellos que siguen pensando que el número de palos en el escudo era dos, cuando son tres. Lo que ocurrió es que siendo príncipe Jaume II usaba dos palos para representar el escudo y al morir su padre le correspondía usar un tercer palo pero en Mallorca, como vivió mucho tiempo siendo príncipe, la sociedad se acostumbró a ver su escudo y lo mantuvo en su memoria. De ahí que artesanos los coloquen erróneamente en la Catedral y otros lugares cuando en los sellos sí se usaron correctamente los tres palos o barras. Esto solo ocurrió en Mallorca porque el escudo del rey Jaume II siempre es de tres palos.

Otro de los errores que usted señala en su libro es el color de la bandera.

Se ha mantenido que el color de la bandera era azul cuando es lila. Lo que yo digo es que ningún rey de Mallorca usó la bandera azul. Al elegir la bandera de la Comunidad Autónoma se inspiraron en la antigua bandera de la Universidad. Se han confundido armas de los reyes de Mallorca con las del reino de Mallorca. Es una confusión de instituciones. En la Autonomía quien hizo los errores se equivocó porque no se habían detenido a estudiar la heráldica.

¿Qué le lleva a usted a estudiarla?

Cuando estaba estudiando, estuvimos trabajando, picando, en la casa de Martí Feliu, y aparecieron los escudos. Me di cuenta que la heráldica mallorquina anterior al siglo XVI todos son desconocidos. Los escudos medievales mallorquines son de familias desconocidas. Han desaparecido. Los que surgieron, los de Cotoner, se aposentan en el siglo XVI. A partir de aquí me aficioné a la heráldica, y de ahí derivé a estudiar el escudo del reinado de Mallorca. Las casas medievales eran auténticas discotecas; estaban llenas de colorines. La vida se hacía afuera. Tenemos una imagen equivocada de la Edad Media como etapa oscura.

¿Se puede hablar de una heráldica contemporánea?

Tiene razón de ser; la publicidad es heráldica. Conviene aclarar que la heráldica no es algo de nobles puesto que también la emplea los artesanos. Una baldosa en un chalet es heráldica. Ésta es gentilicia cuando es un símbolo para distinguir a una familia y es hereditaria. Si lo enmarcas en leyes, es heráldica institucional, que es de la que yo hablo.

El arranque de su libro, con el descubrimiento de las cuatro barras en los sepulcros de Ramon Berenguer II y de su bisabuela Ermesenda de Carcassona, es cinematográfico. ¿Intencionado?

Sí; decidí que tenía que explicar la historia del principio, de porqué se crean los escudos heráldicos. Podía haberlo hecho como cronista pero no escribo para el mundo académico sino para los ciudadanos de Palma. De ahí que la manera de narrar sea más cinematográfica.

¡Bajo el efecto de Juego de tronos!

(Risas) probablemente. Estudiar la heráldica es un tema de tiquismiquis, pero quería narrarla de forma más amena.

Su libro aporta su luz sobre los errores acerca de escudos y banderas. Lo cierra con el 'Quo usque tandem' de Cicerón.

Exacto. ¿Hasta cuándo se seguirán manteniendo?

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