El Ayuntamiento de Palma ya sabe lo que le costará erradicar por completo Son Banya. Al menos ha hecho los cálculos hasta que deje de pagar ayudas a las familias. Y el resultado es algo más de 5,4 millones de euros.
Los técnicos del Ayuntamiento han hecho una estimación a siete años vista del presupuesto de la desmantelación del poblado gitano y de la integración de sus habitantes. La cifra que de momento manejan es de 5.435.000 euros, indica la regidora de Bienestar y Derechos Sociales, Mercè Borràs.
Solo derribar las 45 viviendas de Son Banya que deben ser desalojadas y eliminadas el próximo mes de abril ya supondrá un gasto de 495.000 euros. Las áreas municipales de Bienestar y de Infraestructuras aportarán esta cantidad dentro de los presupuestos para 2018, avanza Borràs.
Pero además, el Consistorio se ha comprometido a ayudar a las familias que salgan del poblado sin recursos, con una paga de hasta mil euros por mes, por lo que el próximo año, Cort destinará un total de 800.000 euros a este plan de eliminación de Son Banya.
La demolición de las casas se hará a medida que se vayan vaciando, una por una. Aunque se habló de la posibilidad de acelerar el proceso derribando por islas de viviendas, esta opción ha quedado descartada, ya que hay familias que todavía no tienen orden de desalojo.
Primeras demoliciones
El derribo, previsto a partir del 17 de abril, y el posterior tratamiento de los residuos, en especial el amianto, se ha presupuestado en ese casi medio millón de euros antes mencionado. Sin embargo, apunta la concejala, se realizarán catas para ver si se puede reducir esta partida.
Actualmente, el mantenimiento de Son Banya y de las familias que viven allí le cuesta al Ayuntamiento 700.000 euros anuales, ya que paga los suministros básicos de agua, electricidad y limpieza de sus habitantes.
Cort estima que en esta barriada viven 117 familias que suponen entre 450 y 600 personas, una cifra inexacta de la que sí se sabe, porque están escolarizados, que hay 193 menores.
Durante 2018, el Ayuntamiento tendrá que asumir la demolición de las 45 viviendas, las ayudas a las familias que ya hayan salido del poblado sin otra alternativa, más el mantenimiento de las viviendas que aun queden en pie en Son Banya, por lo que el esfuerzo presupuestario será significativo, resalta la titular de Bienestar.
De momento, qué pasará con el solar del poblado es una incógnita, no hay ningún proyecto previsto, confirma la regidora de Bienestar. Aun así, apunta que queda cerca de las instalaciones de Mercapalma y de la EMT. Su intención es que en 2020 quede "liso y limpio".
Aun así, cabe recordar que por ahora solo se ha planificado el derribo de 45 de las 117 viviendas, las que tienen orden de desalojo en firme.
Reuniones preparatorias
El desmantelamiento del poblado se está preparando con diferentes entidades. En representación de la población gitana, el Ayuntamiento ha mantenido reuniones con la asociación Los Churumbeles.
Por parte del tercer sector, ha habido contactos con la red por la inclusión social EAPN, el Rotary Club y Metges del Món, que trabaja en Son Banya.
El diálogo también se ha mantenido con los agentes de la propiedad y con los administradores de fincas, para asesorarse sobre el tipo de contratos a realizar. A entidades financieras se les ha planteado qué posibilidades de acceder a una hipoteca tendrán estas familias. Según Borràs, todos han mostrado su predisposición a colaborar.
