Relojería Española cierra. Sus responsables se retiran y no hay relevo, ni dentro ni fuera de la familia. Pere Caminals asegura que no es fácil mantener un negocio como éste y que su profesión se está perdiendo.

Dice que es una decisión meditada.

Sí, mucho, hacía tiempo que estábamos pensándolo y nos hemos decidido. Tenemos una edad en que pronto llegará la jubilación y si podemos aprovechar unos años, mejor.

En su caso, a diferencia de otros negocios históricos, no se debe a la presión inmobiliaria, a no poder pagar el alquiler...

No, de momento esta cuestión está bien. Tampoco tenemos descendencia que quiera seguir con este negocio y, claro, nos encontramos con el hándicap de que en un momento u otro tenía que pasar... Vale más ahora que dentro de dos o tres años...

¿Ha habido algún otro relojero que se haya ofrecido a seguir con el negocio?

No, no ha habido este interés, porque también el tema de la relojería está un poco de capa caída desde que comenzó la crisis y es difícil, porque hay muchas relojerías que cierran.

Y eso que se dice que el sector del lujo es el que sortea mejor la crisis.

Yo no lo creo. Mi padre me decía que era el primero en caer cuando hay crisis y el último en recuperarse. ¿Por qué? Porque la gente si se tiene que comprar una joya o un reloj, en tiempos de crisis no se la comprará. Y cuando puede,es que realmente ya ha salido de la crisis. La crisis aun subsiste un poco, no todo es tan boyante como lo pinta el Gobierno.

Los clientes ya se habrán enterado del cierre...

Sí, hay mucha gente que ya lo sabe y les sabe mal, evidentemente. Vienen aquí y te dicen 'he conocido a tu padre y a tu abuelo'. Pero todo tiene un límite.

Se jubila, pero no del mantenimiento de En Figuera.

Hasta final de año estaremos aquí. A principios del próximo año, supongo que el Ayuntamiento se pronunciará y dirá qué quiere hacer, si quiere que yo siga unos cuantos años más... Esto dependerá del Ayuntamiento.

¿Qué implica el mantenimiento de En Figuera?

Pues implica ir cada quince días y cuando se acerca Navidad, ir cada semana, porque necesita unos ajustes y un mantenimiento más exhaustivo. Y en Navidad, para que toque al segundo, necesitamos estar más encima.

¿Este mantenimiento está adjudicado a Relojería Española?

Exacto, a la empresa. Hemos hecho un escrito para comunicar que lo dejábamos a partir del próximo año y si quieren que yo continúe, pues no habrá ningún problema. Depende de ellos.

De todos estos años, el momento más especial, la venta más curiosa, algo que haya quedado en la memoria....

Antiguamente había muchas cosas buenas. Los bancos hacían regalos a los empleados cuando cumplían 25 años de trabajo, había muchos regalos y todo iba bien. Con la crisis se acabaron los regalos y las empresas que nos sirven se han puesto en un plan más fuerte, en el sentido de que si no vendes tanto, te quitan la marca... Hay presiones por parte de las multinacionales, dan una orden a Suiza y cae quien cae... Y cada año se ha ido complicando más. Estas marcas de relojería ya nos tienen a nosotros como una franquicia, vienen, pasan lista y te dicen te falta esto y esto...

¿Quién es su cliente? Porque están en un lugar muy turístico.

Nosotros vivimos del cliente local. El turista ha dejado de comprar y nosotros vivimos del cliente local como siempre. Y ahora más que nunca. Todos estos años de crisis, el turista no gasta como antiguamente. Yo siempre decía que éramos afortunados porque teníamos dos navidades: agosto y navidad. Pero ahora agosto es el peor mes. Y al cliente local le cuesta más llegar hasta aquí, tiene que pagar parking, hay montañas de gente...

¿Qué pasará con este local?

Es de alquiler y sé que montarán otro negocio, pero desconozco qué será.