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Sa Torreta

Oda y elegía del cajero automático

¿Desaparecerán los cajeros automáticos? diario de mallorca

Se plantaron en nuestro banco y tuvimos dinero a mano las 24 horas del día. Nos ahorraron colas ante el personal de la sucursal. Los bancarios atendían los reintegros de los renegados del plástico que, cual nuevo rey Midas, trocaba en pesetas nuestros deseos. Presentaba alguna disfunción, como la de alimentar nuestra cuenta corriente, pero incluso con este inconveniente suponía un avance para una sociedad que se dirigía a pasos agigantados hacia el consumismo absoluto.

Quienes se acercaban al cajero robótico miraban con aire de suficiencia a los desafortunados pacientemente situados en fila ante la caja humana.

Los cajeros perfeccionaron su estética y funciones. Los japoneses, me da la impresión de que solo ellos fabrican estos artilugios, cada cierto tiempo introducían una ranura, una pantalla o una opción adicional. Ayer eran poco estéticos, hoy se asemejan a una nave espacial con botones, luces y funciones que jamás supimos imaginar.

Al cobrar nuestros impuestos, son Estado. Algún día también tomarán decisiones en su nombre. Nos proporcionan certificados, quizás lleguen a revisar nuestra de salud. Nos transportan a la felicidad, previo pago de la correspondiente comisión, con la venta de entradas de competiciones deportivas, conciertos o representaciones teatrales.

Si ocasionalmente nos acercamos hasta el cajero humano, nos mira con aire admonitorio antes de informar de que esta operación debe tramitarse a través del automático. Mi réplica siempre es la misma: "Para hacerlo debería aprender algo que su banco tiene mucho interés en enseñarme, pero que a mí no me interesa en absoluto". Paso de decirle lo de "el día que todo se haga con máquinas, usted se quedará sin trabajo". Mi respuesta siempre me ha dado buenos resultados.

El cajero automático también está condenado a la desaparición. Ahora nos invitan a operar por internet. "Es gratis", esgrimen como argumento irrefutable. Cuando llegaron los cajeros también eran gratuitos y ahora no. Antes no había colas ante ellos y ahora tienen casi tantas como los humanos de la ventanilla.

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