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Educación

La escuela boutique de Son Puig

Tras más de una década abandonada, la ´possessió´ de la Vileta es desde este curso un colegio con un método innovador

Un grupo de alumnos atiende a la maestra en una clase de Educación Primaria del sistema británico. g. bosch

La emblemática possessió de Son Puig, que data de 1845, iba a ser el mayor pelotazo urbanístico de la extinta UM, según confesó uno de sus dirigentes, aunque como los cuentos infantiles acaban bien, los malos están encarcelados y en el histórico predio de la Vileta se oyen ahora las risas de los niños. Son Puig se ha convertido en el Green Valley School, un colegio privado que sigue el currículum británico con un nuevo método que combina parte de la filosofía de Montessori con la teoría de las inteligencias múltiples. “Hemos hecho nuestra receta con estos buenos ingredientes”, resume la fundadora, Kathy Schütz.

Sin embargo, no encontraban el sitio adecuado para desarrollar el proyecto, hasta que Bernardo Dalmau, su marido y el director financiero del centro, se enteró por el periódico de que la possessió se subastaba de nuevo tras haber quedado desierta en dos pujas anteriores. “Cuando lo vimos, nos pareció una gran oportunidad”, destaca la directora general. Los inicios no fueron fáciles, ya que la finca llevaba abandonada más de una década tras la adquisición del Consell en 2006 para instalar la Televisión de Mallorca.

“Estaba en ruinas, no tenía ni escaleras, había sido ocupada y apenas quedaba nada. Hemos salvado lo que se pudo”, afirman señalando el marco del espejo del recibidor -“era de un ventanal”- y las enormes puertas de madera restauradas en el piso superior. Teniendo en cuenta que se trata de un edificio con un alto grado de protección, el arquitecto, Magí Marqués, usó materiales nobles en la reforma, como la piedra y la madera, “para dar la sensación de hogar”. “Queremos que los niños se sientan como en casa, como si fuese una escuela boutique, algo que encaja con nuestra filosofía, ya que si están tranquilos y felices, el aprendizaje es mayor”, tal como ejemplifica el director ejecutivo, James O’Connor.

Después de dos años de obras, los 12.429 metros cuadrados de la possessió (de los que 2.538 son del edificio) hacen honor al nombre del colegio, aunque una de sus alumnas, Lola, afirma que “no es Green Valley, sino Dream Valley”, el valle soñado. También es muy verde, porque el patio está lleno de plantas, tanto mediterráneas como tropicales -“alegran y dan vida”-, tiene un huerto ecológico, un riachuelo y un puente, además de un minigolf, un anfiteatro y el Barco de la Sabiduría, “un espacio para leer cuentos, hacer figuras de Lego u otras actividades dirigidas”, explica Schütz.

“Apunté a mis hijos, de ocho años, porque me encantó el sitio, con mucho espacio para jugar y hacer clases al aire libre; y sobre todo me gustó que se aleja de la escuela tradicional y utiliza un método educativo innovador”, en palabras de Carmen Barquero. Esta madre destaca además que “se han adaptado muy bien” a un colegio con el 80% de las clases en inglés, ya que “hay una buena combinación de alumnos de aquí y extranjeros y la interculturalidad es muy positiva”. Yolanda Marín y Daniel Steinegger, con un hijo de seis años, también eligieron esta escuela “por la aplicación de los últimos conocimientos en temas educativos”, como afirma él. “Nos atrajo que los niños aprenden con juegos, a través de la estimulación y los mensajes positivos”, añade ella, y se muestran “encantados con los profesores y el entorno”.

Un pájaro con dos alas

Durante este primer curso solo hay Educación Primaria, aunque a partir del próximo, impartirán también Secundaria hasta los 14 años y, en el futuro, el Bachillerato Internacional británico. Siempre bajo la premisa de que “un pájaro no puede volar si no tiene dos alas, una es la académica y la otra son los valores humanos”, compara la responsable del centro.

De los valores se encarga Miss Raksha, que “enseña a los niños a expresar lo que piensan y sienten y a sacar lo mejor de cada uno”, destaca Kathy Schütz. “Tras sus clases, los alumnos dicen frases como: ¿Tú quieres ser parte del problema o de la solución? Una vez, había dos niños peleando y una le decía al otro: Estás furioso, pero piensa antes de hablar para no manchar nuestra amistad. Y él respondió: Estoy muy enfadado y haciendo un esfuerzo para controlarme”, ejemplifica sobre dos pequeños de cinco años.

En cuanto a la parte académica, el colegio es innovador en que los deberes se hacen en clase y no en casa, hay ejercicios de respiración a primera hora porque aumentan la memoria y, en el último tramo de la jornada, los alumnos eligen entre talleres de teatro, robótica, huerto ecológico, cocina, deporte, más matemáticas, música, danza, arte, etc., siguiendo la teoría de las inteligencias múltiples y para que lleguen a casa felices.

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