La fuente de la plaza de la Reina con el mosaico de 1.400 piezas de cerámica que la decora y su nueva iluminación se inauguraron oficialmente ayer. El encendido fue un homenaje al fallecido arquitecto municipal Frederic Climent, quien proyectó esta reforma y trabajó en ella durante los últimos meses de su vida.

Una línea de luces LED ilumina el mosaico de baldosas de colores azul, marrón y crudo, obra del ceramista Joan Pere Català, quien también participó en el acto de ayer, junto con el alcalde de Palma, Antoni Noguera, el regidor de Infraestructuras, Rodrigo Romero, la regidora del PP Maria José Bauzá y los hijos de Frederic Climent, Jonás y Aina.

"Detrás de las cosas bonitas de Palma está Frederic", afirmó Noguera, quien también destacó el trabajo realizado por el ceramista. La fuente será, en palabras del alcalde, "un recuerdo" del que fuera arquitecto municipal hasta 2016.

El mosaico ideado por Climent y fabricado por Català sustituye la decoración floral que tenía la fuente y que suponía un gasto anual de 40.000 euros, ya que las flores morían por el contacto con el agua tratada de la fuente y había que sustituirlas con frecuencia. La remodelación de la decoración y la iluminación ha tenido un coste de 52.000 euros.

Joan Pere Català recordó ayer el proceso de elaboración de las 1.400 baldosas, tarea que requirió varios meses de pruebas hasta lograr el tamaño y los colores adecuados para que encajasen a la perfección en la circunferencia de la fuente. Català coció más de 100 piezas de prueba, trabajando doce horas de lunes a sábado durante casi tres meses, explicó ayer, ya que el resultado final "técnicamente requería no cometer errores", señaló.

Una vez conseguidas las piezas, con Climent trabajaron sobre dos de los tres colores, el marrón-ocre y el crudo. El azul fue una elección del ceramista (el arquitecto municipal ya había fallecido) en alusión al mar Mediterráneo.

El montaje se realizó durante unas tres semanas, en las que se fueron encajando las baldosas según el diseño proyectado por Frederic Climent.

Català coció piezas de más, que guarda por si se necesita algún recambio. "Dudo que las empleee porque es un material ultrarresistente, la cerámica es muy apropiada para las construcciones", comentó Català.

Arquitectura más social

"Es un homenaje que hace ilusión porque es el legado de mi padre", declaró tras el encendido de las luces Jonás Climent. "La reforma de plazas, la arquitectura más social era su perfil", añadió el hijo del arquitecto. Aina Climent quiso destacar también el trabajo del ceramista y se mostró igualmente orgullosa de esta obra póstuma de su padre.