El vecino y hoy alcalde, Antoni Noguera fue quien eligió el barrio de Pere Garau como escenario ayer para el certamen de Arts Visuals, dentro del programa de Art Jove, cuyo jurado escogió la propuesta de Natalia Fariñas X Box, una recreación del cine Fantasio, cerrado años atrás y que acabó sus días exhibiendo cine porno. La fachada pintada de negro, "luto por un edificio en desuso", con unas cajas cuyas mirillas enfocan tres escenas entre Eros y Tanatos. "Es ideología, sexo y muerte", indica la artista. Todo urdido con dorado como hace la técnica japonesa kintsugui, de coser con hilo de oro la cerámica rota.

La comitiva iba de punta a punta del barrio con más diversidad cultural de la ciudad, sorteando en día de mercado a vecinos que escuchaban con interés la explicación, por ejemplo, de Lorena Gutiérrez, Intervenim/Intervenimos, trabajada con alumnas del centro Fusteret. "Son los alumnos los que han elegido, ese ha sido parte del aprendizaje, y hecho a través de distintos lenguajes, música, matemáticas, ética, ciudadanía", contó la artista. Una de las jóvenes participantes le espetó al alcalde y a quien quiso escucharla, "queremos un punto verde para el barrio más sucio de Palma".

Noguera tomó nota: "Solo que no es posibe colocar un punto verde en Pere Garau, porque reclama un solar con muchos metros que no tenemos". Sí que adelantó que "el próximo año, se va a abrir el Casal, que será un espacio transcultural, y además más limpio".

Además, Noguera aseguró que a partir de enero, "se van aumentar las frecuencias de maquinaria de agua de limpieza con 40 máquinas más".

La artista Rosa Caterina Bosch miró a los árboles. En el barrio hay muchas variedades pero ello eligió doce. Trabajó la ligazón de árboles del mundo con el barrio diverso. Presentó su herbolario de tintes y aromas.

No faltó la intervención dedicada a cómo la presión turística está desalojando a sus inquilinos. Sergio Monje alquiló un apartamento de Airbnb como lugar de encuentro entre las voces más críticas contra el tursimo vacacional como Terraferida, Ciutat per a qui l'habita y Flipau amb Pere Garau.

El carácter colectivo a través de la fiesta popular fue a través de Pere en festes, de Guillem Portell. Su acción convirtió Pere Llobera en un barrio en fiesta vecinal de cohesión.