El crisantemo ya no es la flor elegida para Tots Sants. Ha pasado a la historia. Aun se vende, por supuesto, pero desde hace un par de años, la rosa se ha impuesto y las floristerías tradicionales preparan con sus diferentes variedades vistosos centros. Durarán una semana, mucho menos que las macetas de crisantemos, y son más caras, pero los clientes quieren una flor que luzca "al momento", confirma Aida Oliver, una de las floristas de la Rambla.

Abiertos a toda hora

La celebración de Tots Sants ha sido como un goteo constante desde el pasado fin de semana, cuando muchos ciudadanos ya acudieron al cementerio a depositar flores a sus difuntos. Así lo han vivido los puestos de venta de la Rambla, que entre ayer y hoy darán salida a una ingente cantidad de centros florales, tantos que Mari Olmo, de Flors Mary y Flors Natalia, no se atreve a decir una cifra por temor a equivocarse. "Hace días que trabajamos, empezamos la semana pasada", comenta. Como su negocio, el resto ya no cierra por las noches. "Hay un volumen tan grande de género que nos es más cómodo dejar abierto y pagar a un vigilante", explica Mercè Zoroa, de Flors Mercè.

Esta florista ha notado cómo ha ido cambiando la demanda en los últimos años. También en su puesto triunfa la rosa, por delante de cualquier otra flor. "El crisantemo ha pasado a la historia", asegura. También sus ventas se resienten por la competencia de superficies comerciales que estos días ponen a la venta flores, lamenta.

Alguna queja

Mercè fue una de las floristas que ayer por la mañana se quejó a la Policía Local al ver que no dejaban aparcar en doble fila en la Rambla a sus clientes. "Un día como hoy no lo pueden hacer, les tienen que dejar", explicaba después, una vez lograda la permisividad policial.

Macetas de crisantemos a 15 euros, una rosa a tres euros, una docena de claveles por 12 euros... Los precios son similares a los de hace un año, aseguran las vendedoras. En comparación a otras fechas, el coste de las flores "sube un poquito", reconoce Magdalena Sastre, de Flores Florinda. Ayer, esta florista empezó la jornada a las cinco de la mañana, haciendo ramos. Los clientes, dice, vienen a por "cosas ya hechas", pocos son los que piden algo específico.

Además de los centros de rosas, este año se venden "los tropicales, que no es que sean exóticos, es un tipo de centro con flores de forma diferente", indica Aida Oliver, durante un breve parón entre la realización de un adorno y otro. Entre ayer y hoy por la mañana, las floristas asumirán la mayor carga de trabajo. Su cliente es mayor de 45 años, comenta Oliver, raro es el joven que mantiene esa tradición.