Alrededor de 3.000 personas han llenado hoy por la mañana el parque de Son Dameto para asistir al tradicional rastrillo anual, que cumple su 24 edición. A mediodía los puestos de venta han estado abarrotados, sobre todo los de ropa y libros, y la afluencia está siendo continua durante todo el día, hasta que a las 17 horas cierre el mercadillo.

Los visitantes pueden elegir entre decenas de miles de artículos, ya que, además de los citados, se oferta menaje del hogar, decoración, bisutería, complementos, zapatos, aparatos de música, juguetes y máquinas para hacer ejercicio.

Los niños tienen su espacio en la zona de juegos infantiles y en una mesa equipada con folios y pinturas de colores para que se entretengan dibujando. Justo al lado, un grupo de adolescentes ha estado pintando esta mañana sobre caballete mientras otros jóvenes colaboran con los adultos de la organización, que en total suma 150 voluntarios.

El rastrillo está organizado por la parroquia Sant Pau y la asociación de vecinos de Son Dameto y tiene un objetivo solidario, por lo que la recaudación se destinará a entidades sin ánimo de lucro. Las ventas del puesto de dulces y de la paellada realizada para comer también tienen el mismo fin.