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Palma a Palma

Jardín de la Misericòrdia

Palma tiene una extraña relación con sus parques y jardines. Parece como si, en cierto modo, los ignorara. En exceso pendiente...

Jardín de la Misericòrdia

Palma tiene una extraña relación con sus parques y jardines. Parece como si, en cierto modo, los ignorara. En exceso pendiente de ese horizonte marino que día a día se va alejando más y más.

Si queremos una prueba la tenemos en los jardines de la Misericòrdia. Un rincón bien peculiar, situado en el corazón mismo de la ciudad. Al amparo del gran y severo edificio del antiguo hospital y hospicio, encontramos dos zonas ajardinadas que siempre han mostrado una sencillez casi franciscana.

La lateral está presidida por el gigantesco ficus. La frontal cuenta con unos pequeños espacios verdes, unos bancos, unas esculturas, y un público bien especial que allí se da cita.

Al contrario que otros espacios verdes de la ciudad, pienso por ejemplo en los baños árabes del carrer Serra, el jardín de la Misericòrdia no es íntimo. Ni mira hacia adentro. No se protege de la vida ciudadana para revivir el mito del locus amoenus.

Este espacio lúdico casi participa en la vida de la Rambla. En la gente que pasa, el tráfico de coches y autobuses, los turistas. No es un lugar donde el tiempo se detiene, sino que más bien se acelera.

Entran y salen los usuarios de la biblioteca. Se montan paradas de venta de libros viejos. Algunos se acercan a las esculturas para hablar más cómodamente por el móvil. Y otros disfrutan del servicio de lectura pública, en cómodas gandulas de jardín. Pero nunca demasiado rato.

Son pocos los palmesanos que lo escogen como rincón de solaz o de contemplación. Es más bien un sitio de tránsito. Donde la calle no se pierde nunca de vista. Está siempre presente.

Tal vez por ello, nos ofrece una visión interesante de la vida ciudadana. Nos descubre esos hilos sutiles que mueven nuestra sociedad, sin disimularlos con recursos grandilocuentes o romanticistas. Allí, simplemente observando, entiendes mucho más sobre Palma que leyendo muchos informes y datos oficiales.

Esa ciudad que nunca hace demasiado caso a los jardines.

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