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Sa Torreta

Palma vendió su alma

Palma per a qui l'habita. ¿Y si nadie la habita? ¿De, para, por, contra quien es Palma? Más allá de los eslóganes la realidad del casco...

La recuperación de Sant Feliu ha llegado desde fuera. m. mielniezuk

Palma per a qui l'habita. ¿Y si nadie la habita? ¿De, para, por, contra quien es Palma? Más allá de los eslóganes la realidad del casco antiguo es más compleja. Su reconversión en un parque temático turístico liquida la esencia de una ciudad con más de 2.000 años de historia. La falta de estímulos la abocaba a la ruina, no solo económica, sino física.

Decenas de edificios han renacido gracias a los inversores que los han reconvertido en hoteles boutique, en viviendas de alto nivel dedicadas a extranjeros o en locales comerciales. ¿Quién hubiese rehabilitado lo que fue el cine Rialto y antes el Casino Balear si los suecos Klas y Barbara Kall no hubieran apostado por Rialto Living? ¿Quién hubiera revitalizado la calle Sant Feliu sin el impulso de Gerhardt Braun? ¿En qué estado se encontraría el edificio que alberga el hotel Sant Francesc sin el impulso de este proyecto?

Es cierto que todo exceso hastía, que la uniformidad aburre y que la apuesta por el monocultivo puede esfumarse como un castillo en el aire en cuanto asome la próxima crisis o cambien los gustos. Nada que no haya sucedido ya en una plaza Gomila, hoy abandonada de la mano de Dios y de los hombres, o en sa Gerreria.

Sin embargo, si se clama Palma per a qui l'habita y se lamentan los excesos del turismo en la urbe antigua es, simplemente por la dejadez de los propios palmesanos y de sus representantes políticos. ¿Cuántos llonguets orgullosos deseaban vivir entre las avenidas y el mar hace una década? Los coches tienen problemas para llegar y además no hay aparcamientos. Los muros viejos siempre guardan sorpresas cuando se restaura un edificio y los gastos se disparan. Las calles estrechas son frescas en verano, pero húmedas durante el invierno. Muchos palmesanos dieron la espalda al barrio histórico y ahora es él quien los extirpa de su seno.

Con unas políticas municipales y autonómicas de recuperación y modernización del casco antiguo, los mallorquines podrían seguir siendo mayoría. Pero nadie hizo nada en el momento adecuado y Palma.

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