La iglesia de la Verge del Carme ha dejado de abrir sus puertas a los feligreses de Santa Catalina debido a la escasez de sacerdotes. La cercana l'Assumpció, situada a menos de 500 metros, asume a partir de ahora los cometidos de ambos templos. El Obispado de Mallorca ha decidido "suprimir" la parroquia de la calle Villalonga y "su territorio queda anexado" a la ubicada en la calle Contestí, en Son Espanyolet, tal como recoge el decreto firmado este mes por el obispo administrador apostólico, Sebastià Taltavull.

Se trata de una decisión que "responde a las circunstancias actuales, que hacen aconsejables las concentraciones de varias parroquias en unidades de pastoral, así como el replanteamiento de los límites territoriales de algunas en beneficio de otras formas de organización de carácter más amplio y de funcionamiento más colegial", como informan desde la Diócesis a través del servicio de información católica por internet Agència Balèria.

El Obispado concretó ayer que "se debe básicamente a la falta de vocaciones". De hecho, la orden de los Carmelitas Descalzos dejó el templo palmesano en julio del año pasado por carecer de relevo sacerdotal y la Iglesia de Mallorca encomendó la continuidad de las labores religiosas a la orden de Clérigos Regulares, más conocida como los Teatinos. Sus rectores solidarios han atendido durante este último año tanto la parroquia de Santa Catalina como la de Son Espanyolet, celebrando misas, bautizos, comuniones, bodas y funerales.

La parroquia del Carme, que fue erigida canónicamente en 1974, ofició su última eucaristía el domingo día 3, donde se leyó el decreto que pone fin a 43 años de servicio a la Iglesia en el barrio marinero de Ciutat. La orden de los carmelitas continúa siendo la propietaria del templo, aunque ya no queda ningún sacerdote en la isla, señaló el Obispado.