Los comercios históricos de Ciutat deberán esperar hasta el próximo año para la aprobación del catálogo de establecimientos emblemáticos. Con la protección, casi un centenar de negocios de antes de 1945 se beneficiarán de diferentes medidas, entre ellas el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) reducido, como señaló ayer la directora general de Comercio del Ayuntamiento, Pepa Peláez. Tras el cierre el martes del bar Cristal, la responsable política confía en que el documento que protegerá la actividad de los que siguen abiertos esté aprobado el primer trimestre de 2018.

A partir de entonces, el equipo de gobierno establecerá diversas actuaciones con el fin de facilitar la continuidad de los negocios. Además de un IBI especial, habrá ventajas para promocionar estos comercios, apoyo empresarial y medidas urbanísticas, tal como especifica el acuerdo aprobado por la junta de gobierno el pasado noviembre para llevar a cabo el catálogo. Algunas iniciativas que se plantean es identificarlos con una placa y realizar rutas guiadas. Peláez no quiso concretar otras mientras el documento no esté concluido, aunque destacó que el nuevo catálogo de inmuebles de interés histórico y arquitectónico -aprobado inicialmente- "se ha realizado de forma paralela al de establecimientos emblemáticos, un hecho que le beneficia".

Fin de la actividad

El catálogo elaborado por el área de Urbanismo incluye el local del desaparecido Café Lírico y todo el edificio de Casa Roca, entre otros. Esto significa que se tendrán que preservar los elementos de valor arquitectónico, pero como ya no existe la actividad en ninguno de los dos, los nuevos propietarios podrán abrir cualquier otro tipo de negocio. Eso ocurrirá con el Cristal, cuyo inmueble en la plaza de España -del arquitecto Gaspar Bennàssar- está catalogado. Al haber finalizado su actividad sin que haya sido aprobado todavía el catálogo de establecimientos históricos, podrá tener otra, como un comercio de telefonía móvil, según se comenta.

Expertos de la concejalía de Comercio han identificado cerca de 100 establecimientos abiertos antes de 1945, la fecha marcada para incluirlos en el catálogo, tal como detalló la directora general. Desde enero, la comisión técnica constituida para llevar a cabo la selección se reúne cada 15 días y propone varios comercios sobre los que trabajar para elaborar sus fichas. Entre ellos se encuentran el Forn de la Glòria, el Forn Fondo, la tienda de artículos de pesca Can Sion, la ferretería La Central, la juguetería La Industrial, la mercería Ca n'Àngela, la mimbrería Vidal, la Casa del Paraguas, la charcutería La Pajarita, el Café Moderno, el colmado Colón, la vidriería Can Gordiola, el Forn dels Paners, la chocolatería Can Joan de s'Aigo y Cafés Llofriu, así como otros muchos.

Valoran que el inmueble donde se ubica o el propio local tenga elementos patrimoniales Bien de Interés Cultural (BIC) o incluidos en el catálogo recién aprobado por Urbanismo, que el comercio realice una actividad singular y su antigüedad. Con la combinación de los tres conceptos, la comisión ha establecido cuatro categorías, dependiendo de las premisas que cumplan los establecimientos, entre ellas el valor histórico de la actividad, la existencia de relevo generacional, el valor social del entorno donde se ubican, el valor tradicional, cultural o singular, el turístico y el valor patrimonial de los bienes muebles e inmuebles.