Calles o caminos sin asfaltar, sin luz y con pocos vecinos en la zona: estas son las características principales de los lugares donde se abandonan vertidos ilegales. Diario de Mallorca acompaña a un controlador ambiental de Emaya en una ruta por las zonas afectadas por el vertido de escombros, muebles o cualquier tipo de desechos en la vía pública y en solares públicos y privados de Palma. Bellavista, al lado del torrent de Jesus, en el Arenal, y el Camí del Palmer, cerca de la autopista de Llucmajor, son los lugares donde existe una aglomeración mayor de basura.

En 2016 Emaya se gastó más de medio millón de euros en la limpieza de escombros en carreteras y solares públicos. La desinfección de la vía publica, sin contar el presupuesto de recogida de trastos que realiza la empresa municipal cada semana, es la parte que tiene un coste mayor, un total de 457.338 euros el año pasado, y para el mantenimiento de los solares se gastaron casi cien mil euros.

Comenzamos en Son Pacs la ruta por los vertederos ilegales que Emaya tiene controlados. Y lo hacemos junto al controlador ambiental número 4827, que no quiso dar su nombre por temor a represalias por el trabajo que realiza. La zona más afectada de Palma sigue el trazado de la autopista de Llucmajor, desde s´Arenal hasta Sant Jordi, donde se localizan los basureros ilegales más grandes. La primera parada la hacemos en Bellavista, en el Arenal, al lado del torrent de Jesus, donde no hay asfalto ni instalación eléctrica alguna. Uno de los solares privados de esta urbanización destaca en entre el resto. Está lleno de sacos de escombros, restos de coches y embarcaciones esparcidos por todo el lugar, muebles viejos y pequeños electrodomésticos oxidados. Poco a poco los desechos se están comiendo el camino y si esto sigue así no se podrá pasar. "Hace muchos años que tenemos este problema aquí, en el 2012 lo detectamos. Es un tema muy complicado porque es un solar privado y lo peor es que está en medio de un camino de excursiones y no podemos vallar la finca", asegura el supervisor.

Investigaciones abiertas contra un grupo de estafadores

El funcionario municipal relata la historia de un matrimonio que fue estafado por un albañil. "Empezamos a cavar entre los escombros y encontramos una factura de la década de los 80 de Esporles. Decidimos ir hasta allí y encontramos una pareja joven que había hecho reformas en su casa. El obrero los engañó porque les cobró 2.000 euros de residuos y después los tiró en el vertedero ilegal de Bellavista", narra el inspector. Como este caso hay miles, que ocurren casi cada día en Mallorca.

Con la crisis de la construcción los vertidos ilegales se intensificaron. Esta práctica se realiza con el fin de ahorrarse un dinero, al no pagar las tasas establecidas por Mac Insular, empresa encargada de gestionar estos residuos, y dejan los escombros en la carretera o en solares. Fuentes de Emaya y de la Policía Local de Palma confirman que hay varias investigaciones abiertas a personas que se dedican a recoger los escombros de las obras de la zona del Arenal con el fin de vender al chatarrero todo el material que le sirva y después los desechos los vierten en el vertedero ilegal de Bellavista.

Máxima alerta con los materiales contaminantes y peligrosos

Los problemas se intensifican cuando en estos solares se tiran algunas sustancias contaminantes o materiales que puedan ocasionar algún accidente grave, como un incendio. Precisamente en este solar hay una gran cantidad de cristales, lo que provocó que se encendieran las alarmas por fuego, sobre todo durante la ola de calor que sufrió Mallorca, a principios de agosto. "Es una vergüenza, algún día pasará alguna desgracia grave", afirma el controlador ambiental.

Fuera de nuestra ruta, en las piscinas de Son Hugo nos encontramos con otro ejemplo de un vertedero ilegal con que genera serios problemas, que apareció hace unas semanas. En una esquina hay todo tipo de escombros de construcción, "primero dejaron un saco, después otro y mira ahora cómo está", cuenta Francisco Sánchez, capataz del IME de Son Hugo. "Nosotros tenemos un marrón, porque entre la basura hay uralita", dice afectado. El encargado explica que Emaya les ha comunicado que ellos no pueden tratar este material porque no tienen personal capacitado para ello y tendrá que "contactar con otra empresa especializada para que lo gestione".

El Camí del Palmer, una de los lugares más castigados por esta práctica. Entre los arbustos encontramos sacos y sacos de desechos, abarrotados contra la pared de las parcelas de los vecinos que poco a poco está ocupando todo el camino. Juan Rodríguez, residente de la zona, declara que vive en una "situación insostenible" y que lleva años con este problema. "Yo pondría multas estratosféricas, no de cientos de euros sino de miles de euros, a la gente que tira los escombros en la carretera o en solares", comenta muy enfadado. El inspector ambiental manifiesta que los vertederos ilegales se forman a través del "efecto llamada". Primero se deposita un saco, luego dos o tres y termina con una gran acumulación de todo tipo de residuos.Unos trámites muy lentos

Juan Rodríguez se queja de que ya lleva mucho tiempo con los escombros en la puerta de su casa y que "no puede seguir así". Tanto los vecinos afectados como Emaya creen que se podrían aligerar los procedimientos de actuación, sobre todo en solares privados. "Yo no puedo esperar más de un año para que me limpien el camino, necesito una respuesta rápida", insiste el residente del Camí del Palmer.

En parcelas privadas los trámites son muy lentos. Primero el Ayuntamiento recibe una queja y empieza la tramitación y el análisis del solar afectado. En la denuncia se tienen que adjuntar un informe escrito, otro fotográfico y un plano de la ubicación. Más tarde, cuando ya se ha detectado el problema y es necesaria una limpieza, se comunica al propietario que tiene que desinfectar el lugar dentro de unos plazos. Si pasado el tiempo el propietario no lo ha limpiado Emaya tiene que esperar que el juez le dé permiso para entrar. Una vez que la empresa municipal ha terminado el lavado envía al propietario el presupuesto de la operación. Todo este procedimiento puede durar más de un año, tiempo suficiente para que se origine un accidente como por ejemplo un incendio.

De camino a Son Gual, otra de las urbanizaciones afectadas por los vertederos ilegales donde el año pasado se limpió todo pero este año se han vuelto a originar pequeños basureros ilícitos en diversas zonas de la urbanización, el controlador número 4827 asegura que ahora en Emaya se pueden depositar entre 10 y 15 sacos de escombros al día. "Ahora ya no hay excusas, nosotros damos una solución. La gente que sigue tirando la basura en solares o en la vía pública lo hace aposta y sabe que está realizando un acto ilegal", manifiestan fuentes de la empresa municipal de aguas y alcantarillado.

Sin embargo, varios vecinos afectados apuntan a los elevados precios, como causa de que existan los vertederos ilegales, que pone Mac Insular, empresa encargada del tratado de estos residuos. "Si el coste fuera menor seguramente la gente no cometería estos actos de incivismo", asiente el controlador ambiental. Además, Emaya tiene el mismo trato que un particular, los precios son iguales para todos. "El Ayuntamiento y el Govern priorizan otras cosas, después nosotros no tenemos los recursos necesarios para poder subsanar este problema", afirma el supervisor.

Por su parte, Mac Insular rechaza las acusaciones recibidas. Aseguran que los precios para depositar una tonelada de escombros oscilan entre 21 y 176 euros, dependiendo de si están limpios, el valor es menor, o mezclados con otros materiales, que el precio sube. José María Bauzà, gerente de la empresa, apunta que la causa principal no es el precio de entrega de estos residuos, sino que depende de otros factores como son "la concienciación ciudadana" y la exigencia del "cumplimiento de la legislación" por parte de las autoridades competentes para ello. "Esto es como si los agentes no multasen a las personas que no pone el ticket de la ora, todo el mundo no lo haría", anota Bauzà. La empresa, gestionada por el Consell de Mallorca, defiende que el precio "es el que es" porque ofrecen un servicio de calidad y, además, todos los gastos lo gestionan ellos.

Los abandonados por Emaya

Finalizamos la ruta recorriendo diversos polígonos de Palma, donde la basura se encuentra esparcida por todas partes. "En los últimos años hemos pasado de tener vertederos de grandes dimensiones a tener muchos, pero de pequeñas magnitudes", expresa el supervisor de Emaya.

Los más perjudicados son Son Castelló, Can Valero y Son Morro, en este último es donde se encuentra el más grande de los que se han detectado en los distintos polígonos de Palma. Los vecinos están "hartos", los vertederos ilegales y la suciedad del lugar afecta a sus locales, ya que la basura se les acumula en sus puertas. "Aprovechan los sábados y los domingos por la noche, que es cuando hay menos gente para venir a tirar todo tipo de basura", asegura Antonio Martí Perelló, socio del Bar Nou Se en Can Valero. Aquí también existen problemas de olores y plagas de insectos y ratas, ya que también encontramos basura orgánica entre los escombros.

La suciedad está por todas partes. En cada esquina podemos encontrar una pequeña acumulación de sacos o bolsas de basura o, también, muebles y electrodomésticos de cualquier tipo. Eulogio Manuel, dueño del Bar Nou Se, afirma que a ellos se sienten "abandonados". "A Emaya solo le interesa limpiar según que zonas, porque aquí pasa el camión pero no limpia", denuncia indignado el dueño del Bar Nou Se. Además la propietaria de Lavado Ferrari, en el mismo polígono, dice que ellos avisaron a la empresa municipal de que se había creado un vertedero ilegal justo al lado de su local "pero ha pasado más de una semana y aún no han venido". "La basura se acumula día tras día y Emaya no hace nada para limpiarlo", critica duramente Eulogio Manuel, que lleva más de diez años con el mismo problema.

Fuentes de la empresa municipal que "es muy difícil de controlar" y que piden a los cuidadnos colaboración para poder identificar a las personas que tiran los escombros a la vía y en solares. Antonio Martí apunta que la solución podría pasar por "aumentar la presencia policial por la noche". No obstante Robert Mena de la Policía Local dice: "Es competencia de los controladores de Emaya, nosotros tenemos que priorizar recursos".

En cualquier caso tanto afectados como desde Emaya coinciden en señalar que "la conciencia ciudadana" es muy importante para afrontar este problema. Las multas para esta infracción son de 300 euros para las leves y de 5.000 o 6.000 euros para las graves. Juan Rodríguez y Francisco Sánchez aseguran que tendrían que ser "más altas". Eulogio Manuel dice que "así no podemos seguir" y se pregunta: "¿Hasta dónde vamos a llegar?".