Una vecina de Palma denunció que el pasado domingo tuvo que esperar hasta tres horas y media a pleno sol en la calle a la espera de un vehículo adaptado para minusválidos de la empresa Taxis Palma. La mujer, de 84 años, iba con su hija de 54, que se mueve en una silla eléctrica. Finalmente, las dos mujeres tuvieron que marcharse andando hasta su domicilio porque no llegó ningún taxi disponible al lugar.

La mujer, que quiere permanecer en el anonimato, explicó ayer que fue a dejar el coche al mecánico y, para volver a su casa, la companía aseguradora llamó a un taxi. Desde Taxis Palma le comunicaron que tendría que esperar unos veinte minutos a que este llegara, pero el vehículo no llegaba. "Yo seguí llamando, porque iba muy cargada, con bolsas y la silla de mi hija y no iba a irme caminando", explica la afectada. Pasadas unas tres horas, la mujer decidió emprender el camino a pie: "después de estar todo ese tiempo esperando teníamos mucho calor y sed y llegamos a casa agotadas".

Francisco Garrido, responsable de esta amisora de taxis, lamentó la situación ocurrida el pasado fin de semana y aseguró que hicieron todo lo que pudieron por conseguir el vehículo. "Todos los coches adaptados para sillas eléctricas estaban ocupados, no podíamos hacer nada al respecto", alegó el taxista.

Garrido asegura que hay pocos vehículos de este tipo por la ciudad, "aunque normalmente suelen ser suficientes", explicó. El responsable atribuyó la situación a un error de planificación y de recursos, ya que en ese momento no se encontraban disponibles ninguno de estos taxis.

Ayer, la mujer decidió utilizar el transporte público para desplazarse por la ciudad, debido a su descontento con el gremio del taxi. Opina que, al igual que todos los vecinos, ella paga sus impuestos y tiene derecho a utilizar estos servicios cuando le sea necesario, ya que asegura que "los taxis adaptados para minusválidos reciben subvenciones del ayuntamiento de Palma y los acaban utilizando como grandes maleteros".

La vecina informó de que, ayer por la mañana, fue a denunciar la situación ante Consumo. Desde la emisora de taxis aseguran que "no hay ningún tipo de discriminación ni de falta de interés en realizar servicios a las personas que necesitan estos vehículos, simplemente se trató de una situación incontrolable".

Francisco Garrido explicó que los propios conductores son también víctimas de la aglomeración de coches que hay por Palma. "Si no hubiera tanta saturación y hubiera más agilidad para desplazarse por la ciudad, nosotros podríamos hacer más trayectos y los clientes podrían recibir más servicios, sin tantas esperas", dijo el taxista ayer.