La Ruta del Llonguet comienza mañana y se prolongará todos los miércoles hasta el 25 de octubre con el reto de igualar o superar la exitosa cifra del pasado verano, cuando se vendieron unos 75.000 bocadillos con pan de llonguet y bebida a 2,5 euros. Este año se han apuntado 19 hornos que tienen en total 32 puntos de venta y en los que habrá una variada oferta de tradicionales panecillos rellenos de embutidos clásicos, sobrasada, queso o propuestas innovadoras, según cada negocio.

El gerente de la asociación de Panaderos y Pasteleros de las islas, Pep Magraner, destacó que uno de los objetivos de la Ruta del Llonguet es "poner en valor un producto típico de Palma, que sea un atractivo gastronómico". En esta tercera edición, continuarán promocionando el peculiar pan, aunque el portavoz de los hornos se congratuló de que "la oferta se ha multiplicado por cinco en los últimos cuatro años". La aparición del colectivo Orgull Llonguet, la celebración de la Fira del Pil·larí dedicada al "pan identitario" -en palabras de Magraner- y su mayor conocimiento han provocado un continuo incremento de ventas y que "cada vez más bares e incluso restaurantes con estrella Michelin lo incluyan" en su carta.

El gerente de la asociación se refirió además a la importancia de que los hornos apuesten por el llonguet debido a que "da carácter, cultura y se mantienen las raíces y tradiciones, tal como sucede cuando en Semana Santa tienen panades y en Navidad, turrón", dijo frente a la alternativa del pan precocido de los supermercados y las franquicias. Recordó que, pese a que algunos lucen letreros de 'horno de pan', carecen de un obrador y el producto que ofrecen es precongelado.

La ruta que se inicia mañana tendrá este verano 12 puntos de venta menos que el año pasado por diferentes motivos, entre ellos el cierre de dos hornos -como el histórico Forn des Teatre- y que algunos propietarios no se han apuntado debido a que "se vieron desbordados el anterior verano". No obstante, no quieren que sean muchos, "sino de calidad".