El informe elaborado por la directora del Museo de Mallorca, Joana Maria Palou, y que ha hecho suyo el Institut d'Estudis Baleàrics, organismo consultivo en materia de Patrimonio al igual que la UIB, es contundente.

Según esta funcionaria del Cuerpo Facultativo de conservadores de Museos del Estado, "la documentación histórica y la bibliografía confirman sin ninguna duda que es una realización fascista, destinada a glorificar y a perpetuar una de las gestas del bando franquista durante la guerra civil española". Añade que "se erigió dentro de los postulados ideológicos del fascismo, con estilo grandilocuente y ecléctico, monumental, neobarroco por lo que respecta a la escultura y racionalista en relación al monolito, en el que es manifiesta la fidelidad a las directrices oficiales del Movimiento Nacional para la arquitectura orientadas hacia el pasado imperial hispánico". Para la profesora, tras la eliminación de distintos elementos originales y la intervención de 2010 el monumento "ha perdido la consideración de unidad singular que señala la legislación". Asimismo, el "resto actual no tiene armonía, ni proporción, ni equilibrio ni gracia y no es bello". De igual forma señala que, tanto el monumento original como el resto actual, "son una agresión manifiesta al jardín escolar del Grupo Jaume I y en el conjunto del glacis de Santa Catalina". En consecuencia, "no existe ningún valor cultural, artístico ni estético que justifique la inculsión" del monumento al Baleares " en el Registro de Bienes de Interés Cultural ni en el Catálogo General del Patrimonio de Balears como bien catalogado", concluye.