Entre mafias policiales, detenciones de funcionarios, imputaciones de concejales e investigaciones judiciales, nadie se fía de nadie en el ayuntamiento de Palma. Cada medida viene acompañada de una contramedida, de ahí que Cort cuente con informantes mezclados entre el público de los plenos, para saber de primera mano qué se cuece entre los sectores soliviantados.
Empleamos la palabra informante, porque nuestra acreditada delicadeza nos impide hablar de espionaje. La persona que ejerce estos servicios, de los que se ha vanagloriado públicamente, está especializada laboralmente en tareas de control. Su presencia, en las proximidades de los colectivos que acuden a Cort a protestar, permite recoger datos de primera mano sobre los líderes y las estrategias del descontento.
El servicio de contrainformación disimula su actividad por el elevado nivel de repeticiones, entre el medio centenar de asistentes con cabida en el salón de plenos. Una persona discreta, sin perfil social pero también sin ningún interés personal en los asuntos a debatir, ofrece las garantías idóneas para escuchar sin ser visto. Los políticos están a sus cosas, y los manifestantes del pleno se dirigen a los concejales, sin sospechar que entre los espectadores congregados hay alguien muy atento a sus conversaciones. Transparencia bidireccional.
En la imagen que hoy nos ilustra aparece uno de los plenos más conflictivos de Cort en el actual mandato, que permite hacerse una idea sobre la distribución habitual del público. En la foto de Manu Mielniezuk, los bomberos palmesanos desnudan sus poderosos torsos convexos que diría Homero, para expresar sus reivindicaciones ante la concejala Angélica Pastor. Tras armar la de Troya, acabaron firmando la paz.
En verano se nos llena la isla de madrileños. Si el año pasado estaban obsesionados con las andanzas sentimentales del obispo Javier Salinas, ahora quieren conocer en persona a Balti Picornell. En efecto, las élites de la Villa y Corte se fríen a WhatsApp con fotos del presidente del Parlament. El diputado de Podemos de porte mesiánico se ha convertido, en la capital de la caspa, en el símbolo de adónde vamos a llegar. Claro que son los mismos que conmemoran las elecciones de 1977 y se olvidan de avisar al Rey que las convocó. Balti y Juan Carlos I, mismo combate.
Más preocupante resulta que los socios de Balti adviertan con preocupación de que "el PP está a punto de perderle definitivamente el respeto en la cámara". Desde la izquierda, no se le reconoce ni la progresión intuitiva en un cargo que no ha sido desempeñado por ningún Premio Nobel, aunque sí por más de un delincuente. Sin abandonar el grupo de Podemos, en Madrid me dicen que a Laura Camargo no le espera un camino de rosas hacia la secretaría general, y que su acendrado izquierdismo puede elevar al cargo a la diputada nacional Mae de la Concha.
A propósito, Alberto Jarabo me persiguió en la fiesta reciente de este diario, para formularme una pregunta acerada. No llegamos a encontrarnos, pero ahí va el interrogante:
—¿Cómo te encuentras en el Palacio de Congresos, tras haber predicado su demolición o voladura?
—Igual de confortable que circulando por las autopistas de Mallorca o votando al PP a la mínima oportunidad.
Ya sabrán que Palma cuenta con una facultad de periodismo católico con Comillas, desgajada de la UIB y que la izquierda debería ponderar creando una escuela de periodismo islámico. En la misma línea sucursalista, la Universitat de Llorenç Huguet se plantea crear una escuela adscrita para impartir Dirección Hotelera Internacional, al nivel de las antiguas licenciaturas. Sin embargo, un movimiento interno considera que dicha iniciativa debería depender de la facultad de Turismo ya existente. Por supuesto, triunfará la postura irracional.
Con el verano vuelve Ella, me dispongo a seducirla por solidaridad insular:
—¿No estás harta de Mallorca y su saturación con vistas?
—Estoy harta de tu pesimismo de lujo.
No era la respuesta que esperaba. Tampoco me consuela que Maria Salom de España sea víctima de la Xylella, cuando es la encargada de erradicarla por orden de su Madrid. Sigamos premiando a deportistas y demás polichinelas, en lugar de ensalzar a las juezas que deniegan el sobresueldo del infamante nivel 33 a políticos como José Antonio Berastain, Carlos Simarro o Dulce Linares. En una democtracia, y no lo de 1977, les saldría a pagar. Mal andan las cosas, cuando la higiene política queda en manos de los tribunales.
Los cinco mejores jugadores de tenis del mundo son treintañeros: Murray, Nadal, Federer, Djokovic y Wawrinka. Todos ellos se han casado, o incluso separado, excepto uno. Pero ésta es demasiado fácil, así que vamos con una pregunta para expertos. ¿Cuál es el único tenista del mundo que ganó a Nadal, Federer y Djokovic en su primera confrontación con ellos? La respuesta, al final de esta sección. Vean Wonder Woman, la película en la que todos los hombres mueren a manos de mujeres, aunque yo solo tuve ojos para Gal Gadot (32), Robin Wright (51), Connie Nielsen (52) y Elena Anaya (41).
Reflexión dominical lunática: "Si tu vida se hace insoportable los lunes, no has de cambiar de día, has de cambiar de vida".
