El Ayuntamiento de Palma está negociando con la SAREB, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, conocida como Banco Malo, una posible reducción de la superficie de las viviendas que se pueden construir en la urbanización fallida de Son Ferragut.

La sociedad Altamira, que gestiona estos activos en representación de la SAREB, ya se ha puesto en contacto con los responsables de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma con el fin de poner sobre la mesa esta posibilidad, ya que las aproximadamente 400 viviendas que se podrán construir una vez acabada la urbanización tienen dimensiones de 140 metros cuadrados y superiores.

Se trata de unas viviendas que, en estos momentos, tienen escasa salida al mercado. Por ello, se pretende que, sin modificar la edificabilidad general de la zona, se pueda disminuir la superficie por casa con el fin de que se puedan comercializar mejor.

Desde el Ayuntamiento, según el gerente de Urbanismo, Joan Riera, en principio, están interesados en alcanzar un acuerdo para que esta urbanización, cuyas obras están paralizadas desde hace años por la quiebra Ibercom, la empresa promotora, se pueda acabar.

No obstante, desde el Ayuntamiento se pretende introducir algunas modificaciones, entre las que se incluye que los promotores deban destinar un 30% del total de las viviendas previstas a protección oficial, tal como prevé la futura Ley Balear del Suelo.

En estos momentos en Son Ferragut no se prevé ninguna promoción de vivienda púbica, por lo que, si finalmente se consigue reducir la superficie de las casas previstas para que se puedan construir más, se podría alcanzar una cifra aproximada de 700. Si de este número, un 30% deben ser de promoción pública, se obtendrían unas 200 casas VPO.

También se pretende conseguir que la zona se pueda convertir en un nuevo punto de centralidad de la ciudad, permitiendo la instalación de empresas en la zona. Para ello, se cambiaría el actual uso comercial que se permite en las plantas bajas de los edificios para concentrar el uso de equipamientos en una o varias parcelas que permitiera la instalación de empresas de tecnología, por ejemplo, excluyendo una gran superficie.

Para la finalización de la urbanización resta una inversión de unos 100.000 euros y alcanzar un acuerdo con los responsables del tren de Sóller. También se debe solventar el hecho de que, en su momento, no se redactara el Plan Especial, tal como requería la inclusión de estos terrenos como Área de Reconversión Territorial en el Plan Insular (PTI) de Mallorca.