-Dice que cuando llegó fue cuestionada por ser mujer, joven, divorciada, preparada e incluso por su forma de vestir.
-Supongo que no encajaba mucho mi perfil dentro del cuerpo de Policía, porque solo había habido una mujer como concejal y estuvo la mitad de una legislatura, que fue Maite Jiménez. Me imagino que estaban acostumbrados a un hombre concejal y supongo que les vino de nuevo que una persona tan joven y tan poco conocida en el mundo de la Policía llegara a ser su político. Era un momento de choque y de adaptación, que es lo que hemos hecho hasta hoy.
-¿Se siente igualmente cuestionada ahora?
-Para nada.
-Llegó con un panorama complicado.
-Cuando llegué aquí, estábamos cada dos por tres asaltados (aunque no sea la palabra), la Policía Nacional pidiendo documentación, haciendo registros, incluso se llevaron ordenadores de unidades y comisarías. Y la situación era muy violenta, tanto para los compañeros policías que no tenían nada que ver, como porque era un problema de gestión, que nos paralizaba el cuartel. Y tenía que dedicar más tiempo a resolver esos temas que a las necesidades de la Policía Local. Y a partir de ahí, creo que iniciamos una buena colaboración con los juzgados, nos pusimos a su disposición. Que hayamos podido asumir nosotros, mediante oficio judicial, la colaboración con el juzgado ha sido muy importante.
-¿En todo este tiempo no hubo un momento en que dijera "no me compensa"?
-No, solo cuando me faltó estar con mis hijas. Ahí es cuando no me compensa. El resto es trabajo, como otro cualquiera. Y lo hago porque me gusta, por vocación. Si no tuviera vocación, no podría.
-Pero ha vivido situaciones kafkianas, la han grabado en una reunión sin su consentimiento...
-Sí, pero creo que aquí, en la Policía Local, se vivía un momento en que parecía que todo valía y al final tienes que atajar según qué tipo de conductas para que no se vayan repitiendo en el futuro. Si es una reunión pública, se graba, yo soy la primera que pongo una grabadora en marcha y estoy a disposición de todo el mundo, lo que digo dentro el despacho, lo digo fuera. Y más con un sindicato.
-Pinta de dejarse amedrentar no tiene. Es más, ha sido acusada de coartar a los sindicalistas, de no dejarles hacer su trabajo.
-Yo sé que no soy fácil a la hora de negociar, lo tengo claro. Soy muy vehemente cuando defiendo mi gestión. Me puedo equivocar o no, lo reconoceré siempre si me equivoco, también lo digo. Pero a la hora de defender algo que he hecho o he puesto en marcha, o alguna cosa que he restringido, tengo claro que soy muy vehemente y que me da igual lo que me digan.
-¿No sería positivo que hubiera más mujeres en la Policía?
-Sí, creo que sería positivo, aparte yo admiro mucho a la agente que está en horario nocturno, que está en la unidad de intervención, o las que tienen un servicio muy activo en la calle. No tienen nada que envidiarle a un hombre. Incluso, cuando decidí renovar la escolta personal que tenemos, tenía muy claro que quería a una mujer y fue lo primero que hice.
-¿Cuál es la situación de la Policía Local ahora?
-Está igual que hace dos años a nivel de condiciones laborales. Y diferente porque creo, y espero, que no haya ninguna imputación más. Creo que no la habrá, porque está bastante desgranado todo, y ahora estamos en la etapa de reconstrucción. Ha habido un cambio de director y eso tiene que ser para nosotros una catarsis. Hasta ahora ha sido desmontar lo que estaba montado, indagar, ver lo que estaba pasando, porque es un colectivo muy grande, hay muchísimas condiciones de trabajo, muchísimas unidades y comisarías. Y claro, poder llegar y saber qué es lo que está pasando en cada sitio, por qué no funciona o por qué sí, quién está motivado y quién no dentro de la casa, quién hace un buen trabajo, quién no tan bueno... Pues eso ha llevado muchísimo tiempo y es el momento en que todos sabemos cuáles son los elementos que hay sobre el tablero y nos toca mover ficha para construir una Policía Local nueva.
-Los bomberos le hicieron el pasillo y recibió comentarios vejatorios. ¿Emprendió algún tipo de medida?
-No, ninguna. Lo que se está viendo es si hay responsabilidad por el mal uso del material, por estar de servicio en la puerta de Cort con los vehículos de bomberos... Pero al tema del pasillo no le veo ningún cariz disciplinario. La verdad es que fue un error por parte de ellos y siempre se lo dije, que se habían equivocado totalmente al reivindicar así sus necesidades y creo que al final ha perjudicado a su imagen, no he sido yo. Cuando dicen que yo perjudico a la imagen de los bomberos, yo digo que no, son sus acciones las que les perjudican, no las mías.
-Ya hay bases para pacificar...
-No todo pasa por temas económicos, sino por la gestión del servicio y en eso estamos.
