El club náutico del Molinar, Casa Roca, Café Lírico, La Pajarita, el jardín de la Reina, el Cuartel de Ingenieros, la intervención de Elías Torres en ses Voltes, el hotel Araxa, el cine Rívoli, el antiguo Doré, el Conservatorio, les Cent Cases, la antigua clínica Mestre, la antigua escuela de sa Casablanca, el Forn de sa Pelleteria, el jardín del Palau Episcopal, els Set Pisos, Distribuidora Rotger, Mallorca Tenis Club, Hostal Baleares, el centro Amadip-Son Roca y hasta 162 elementos patrimoniales en total han sido protegidos por el Ayuntamiento, lo que significa que no podrán ser demolidos ni alterada su fisonomía.

Estos inmuebles se incluirán en el próximo pleno en el catálogo municipal de edificios de interés y se sumarán al medio millar ya existente, por lo que Palma tendrá cerca de 700 elementos de este tipo con valor histórico, artístico o arquitectónico. La ampliación del citado documento lleva una década en mente de las diversas concejalías de Urbanismo, pero hasta ahora no se había hecho. "Debido a las graves carencias del catálogo actual, comenzamos el proceso de revisión, que incide en la arquitectura contemporánea y del Eixample", ya que la mayor parte de los edificios de interés del centro histórico están protegidos, tal como explicó ayer el regidor del área, Antoni Noguera.

Comercios emblemáticos

Algunas de las fichas se refieren a comercios emblemáticos, pese a que varios han sido cerrados, como Casa Roca y el Café Lírico. Sin embargo, la protección hará que la estructura arquitectónica y los elementos del interior sigan conservándose. "No entramos en los usos, aunque será más difícil cambiarlos", advirtió Noguera. La arqueóloga de Cort, Magdalena Riera, puso como ejemplo que si alguien tuviese la intención de abrir una hamburguesería en Casa Roca, no podría, porque no hay salida de humos ni espacio para baños públicos, y eso no se puede modificar.

Además de establecimientos tradicionales y arquitectura del Eixample y contemporánea -en la que hay edificios racionalistas y regionalistas-, la tercera pata del nuevo catálogo son los inmuebles populares de origen tradicional, entre ellos possessions y casas de la Palma rural que no estaban protegidas y tienen valor.

El gerente de Urbanismo, Joan Riera, explicó que el documento establece tres categorías según la importancia de cada elemento patrimonial. Están divididos en A, B y C. El máximo nivel (A) es para las edificaciones declaradas monumentos histórico-artísticos, entre ellas el Palau Verí, ses Voltes, el aljibe de la calle Palau Reial, la muralla de Can Bordils, Mallorca Tenis Club y los jardines de Son Berga. Los inmuebles con nivel B tienen una protección que afecta a la estructura arquitectónica, como por ejemplo el edificio Can Roca Suau, situado en la plaza Porta Santa Catalina. La categoría C preserva la fachada por su valor en relación al entorno, tal como detalló la arqueóloga.

El pleno de Cort de junio del año pasado aprobó la suspensión de licencias de los 208 elementos patrimoniales susceptibles de ser catalogados. Se cumple un año de la incoación de dicho expediente y finalmente se incluirán en el nuevo documento 162 edificios. No significa que el resto no tenga suficiente valor, según afirmó Magdalena Riera, sino que ya se encuentran protegidos con otro tipo de herramientas, al formar parte de los planes especiales de los barrios donde están, como la Soledat o El Terreno; o se hallan en tan pésimo estado que casi han desaparecido, como ocurre con elementos de la Palma rural.

El arduo trabajo de ampliación del catálogo ha contado con las aportaciones de entidades como la Comisión de Centro Histórico, el Colegio de Arquitectos y la asociación proteccionista ARCA. Como anécdota, una sugerencia de un particular, que quería que su vivienda fuese catalogada, ha sido aceptada debido al valor de este inmueble.

Bellver y ses Voltes

Sorprende ver en el nuevo listado tanto el castillo de Bellver como ses Voltes, en la muralla, porque son monumentos de la máxima categoría patrimonial. Indicaron que, aunque están protegidos, ahora suman las intervenciones que el arquitecto Elías Torres llevó a cabo en reformas posteriores y tienen suficiente valor como para ser preservadas.

En definitiva, la finalidad del importante documento dado a conocer es "querer Palma como toca", incluyendo los elementos patrimoniales a los que antes no se prestó la "necesaria atención", tal como destacó el concejal de Urbanismo y Modelo de Ciudad e inminente alcalde.