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Palma a Palma

Separando residuos

Separando residuos

P or desgracia, Palma no es una ciudad limpia. En muchos barrios, la basura se amontona de forma indiscriminada junto al contenedor. Tropiezas con excrementos caninos constantemente. Se arrojan papeles, colillas, chiclés, palos de helado al suelo. A veces, las papeleras rebosan y gotean.

El Ayuntamiento está apostando por la discriminación. Una recogida selectiva que se instala en nuevas zonas. Y que supone una nueva forma de tratar los residuos.

La selección, aparte de muchas ventajas materiales, tiene una muy importante. Ayuda a concienciar sobre lo insostenible que resulta mantener un modelo indiscriminado como el que se ha mantenido hasta ahora. Cuando comienzas a separar los residuos en casa, te das cuenta de cosas que antes te pasaban inadvertidas. Por ejemplo, los restos orgánicos son mucho menores de lo que puedes imaginar. Nada de bolsas llenas de espinas de pescado, huesos de pollo o mondas de patata. Lo puramente biológico cabe en una bolsita relativamente pequeña. Lo mismo que aquello destinado al "rebuig", lo que no se puede reciclar. Ni el papel ni el vidrio suelen ser tampoco excesivos. Y te permiten ir de vez en cuando a depositarlos sin más complicación.

En cambio, plásticos y envases acaban ocupando un espacio considerable. La bolsa de las botellas, las latas de bebida, los envoltorios, crece malignamente día tras día. Se infla y nos demuestra de esta manera hasta qué punto nuestra cultura es derrochadora y malgastadora. Sacar cada día la bolsa de plásticos y envases te hace sentir la penitencia de no cuidar más el tema de los residuos en origen.

El mayor éxito de esos nuevos contenedores será que la gente entienda en su propia casa que es mejor que esto no siga así.

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