Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mujeres de hoy

Cristina González Reverte: "La caricatura ayuda a liberarse de la rabia que genera la corrupción

Su nombre profesional es Cristina Torbellina, un éxito en las redes sociales como caricaturista de fin de curso

Cristina se transforma en Torbellina cuando levanta el lápiz y te caricaturiza. B. ramon

Un regalo para Cristina González Reverte, emboscada por su afición a afilar el lápiz y aguzar la vista bajo el alias Cristina Torbellina, ilustradora y caricaturista. ¡Felicidades! Un día como hoy nació en Palma en 1973. Cuatro años después, "me dieron una cartilla que tenía que colorear sin salirme de la raya, pero tuve la mala suerte de que me dieran una ya usada y que, a pesar de que lo habían borrado, todavía se veían restos de lápiz que se salían del dibujo... Yo, por supuesto, lo pinté todo muy bien, pero cuando lo entregué, la monja se puso histérica y me dio fuerte en el culo, tanto que me hice pis encima". Así narra, bromas aparte, el porqué de su oficio.

Se mueve en un mundo estrecho donde son pocas las mujeres que escudriñan en el rostro detalles que servirán para dibujar hipérboles. A Torbellina le dijeron que "captaba el alma", y ahí está. Sus caricaturas a personajes populares como el cantante Jaume Anglada, el ´Casta´ y Ricky López le han supuesto un espaldarazo grande. "Son mis musos", les llama. Otro dibujante, Florentino Flórez, fue la aguja que marcó su destino.

-¿A qué responde Torbellina?

-Fue algo del azar. Años atrás, al comprar el dominio de la web, buscaba algo que rimase con Cristina, y elegí Torbellina porque da idea de que mi trabajo es rápido.

-No parece que lo suyo sea vocacional sino que es más fruto del azar, que los demás lo eligieron por usted.

-La caricatura me ha perseguido pero es cierto que no me quería dedicar a esto. En el colegio me animaron a que optase por bachillerato artístico porque decían que dibujaba bien, me buscaban para hacer murales, ¡esas cosas! Así que me acabé apuntando en Artes y Oficios cuando yo quería estudiar Ciencias de la Información. El profesor Florentino Flores se ofreció como tutor a cambio de que mi trabajo de fin de curso fuera una caricatura. Me apasionó.

-¿La odian sus ´retratados´?

-(Se ríe) Suele hacer caricaturas benignas, sobre todo, si me caen bien. Para mí la caricatura es sacar el alma de esa persona, y me cuesta hacerlo de desconocidos. A veces aprovecho para hacer de famosos, los exagero un poco para pasármelo bien. No es que me ría de ellos, es que los veo así. Una vez, escuchando a Nuria Roca en la radio le hice una caricatura y se la pasé en streaming. Cuando la recibió, no le gustó nada, y leí en sus labios que decía: "¡No me hace ni p. gracia!" Están en su derecho. Hay personas que no les gusta verse caricaturizado, lo ven como un insulto, pero no es lo habitual. Suelen verlo como algo mágico.

-Sí, claro, que te saquen deformados tus defectos, es pura magia.

-Soy una caricaturista amable.

-No sea amable. ¿Cuál sería su caricatura de Palma?

-Ahora dibujaría pisos a punto de estallar por el boom del alquiler turístico.

-¿Y a qué políticos les pondría el lápiz encima?

-He hecho a algunos políticos, pero no me gusta. Creo que no se lo merecen. Me dan rabia. Mienten.

-¿Se atrevería con la Familia Real?

-A Juan Carlos le hice una. Lo dibujé como una de las tortugas de la plaza que le han dedicado en Palma, pero que todos llamamos de las tortugas. Lo dibujé diciendo: "Por qué no os calláis".

-¿Cree que son justificadas las críticas a los dibujos de El Jueves sobre la monarquía española?

-Para nada. Al humor no se le debe poner límite. Me gusta el humor negro. Un país que no permite caricaturas no es sano, y España, pese a la tradición de su humor negro, aún pone limitaciones. La caricatura es una herramienta que ayuda a la gente a liberarse de tanta corrupción. En general, reír, ayuda. Cuando se murió mi madre, recuerdo que estaba tan hecha polvo que me ponía vídeos de humoristas para poder soportar el dolor. El humor es la mejor receta.

-¿Le pondría algún límite? ¿Qué temas no caricaturizaría?

-Ni a violadores ni temas de pedofilia y maltrato en general.

-¿Hará su agosto este verano? Parece que el mundo caricaturesco solo está en la calle, en las ferias de artesanos, casi como una atracción más.

-No suelo salir a la calle, pero lo he hecho y lo sigo haciendo, en ferias del tipo del pasado mercadet de San Rescat, o festivales de lindy hop, cosas así. Pero, nunca me ha gustado estar en la calle. Lo hago para practicar el dibujo a mano alzada, y por el contacto con la gente. En la plaza Major no he visto mucha calidad. Y, si es cierto, que los dibujantes acabamos formando parte de este circo.

-¿Cómo es el tú a tú? ¿Cómo son las personas que le piden caricaturas?

-El espectro es muy amplio. En la calle, en directo, les cuesta posar por ello les pregunto cosas como una manera de distender el ambiente. La gente suele ponerse seria cuando la dibujan. Luego, cuando ya ha acabado y les entrego la caricatura, se parten de risa. les digo, ¡Pero porqué no has puesto esa expresión, suelta, relajada! Cuando dibujo con modelo, me transformo. Ahí soy Cristina Torbellina cien po cien.

-¿Los guapos tienen caricatura?

-Son los más difíciles porque no tienen ni un rasgo que sobresalga, nada destacable, pero claro que tienen caricatura. ¡Hay que mirarlos más!

-La veo muy suelta en las redes sociales. ¿La manera de sobrevivir?

-Vivir de cualquier actividad artística es muy difícil. Yo no conocía a nadie, y gracias al Casta y a Ricky López, a quienes gustó mi trabajo, y me dieron confianza en mi misma. Con Agustín el Casta me llegaron encargos, y me invitó a hacer el cartel de Mallorquines por el mundo. Ricky López me compró la caricatura que le hice para ilustrar su show El tío más flojo del Mundo. También me ayudó Antonio Fernández Coca, que me dio clases en la UIB de ilustración. Entre todos, me convencieron de que me dedicara a esto; y las redes ayudan a darte a conocer. Mi hermana me hizo el perfil en FB, y la verdad es que te motiva mucho ver que tus dibujos llegan a Japón.

-Veo en su perfil que le encargan caricaturas de fin de curso. ¿Sus dibujos sustituyen a las orlas?

-Empezó como si nada, y cada año va a más. Las piden profesores, alumnos, deportistas. Les gusta porque es un regalo original.

-Imagino que la caricatura también es digital. ¿O no?

-La revolución también le ha llegado a la caricatura. Trabajo con pinceles virtuales. El salto lo di en 2002, cuando empecé a ver los trabajos de otros dibujantes. Y me lancé. El cambio es similar a lo ocurrido a la fotografía; y lo que está ocurriendo es que muchos dibujantes están perdiendo agilidad al usar la técnica digital. Yo prefiero la caricatura digital.

Compartir el artículo

stats