Los pequeños reunidos ayer por la mañana ante el centro de salud no se cortaron a la hora de corregir las palabras del alcalde de Palma y de recordarle que lo que se inauguraba ayer no era una plaza, sino el Parc de l´Esperança. "Mira qué bien se lo saben", respondía con buen humor José Hila. Y es que los niños y jóvenes de Son Gotleu han trabajado durante mucho tiempo para mejorar este espacio, han aportado ideas y las han llevado a cabo para que este parque sea un punto de encuentro y juegos infantiles.

Una animada batucada protagonizada por niños iba creando ayer por la mañana un ambiente festivo en la que hasta hace poco era conocida como la plaça dels metges. Alumnos del colegio Es Pont, los del taller ocupacional Isla, de Mater y los del centro Joan Capó no faltaron a la cita. Aguardaron a la sombra hasta que llegó el momento de la inauguración oficial. Los alumnos de los distintos centros fueron recogiendo sus diplomas conforme habían sido artífices de la mejora de la plaza, desde ahora Parc de l'Esperança.

Los pequeños cambios empezaron hace ya un par de años y la iniciativa recibió una mención especial a la educación inclusiva de la Red Española de Aprendizaje el pasado año.

A simple vista, llama la atención el colorido de los bancos y los juegos pintados en el pavimento para que los niños lo sientan como un lugar suyo. Pero deteniéndose un poco más, el parque de l'Esperança también está pensado para otros usuarios muy especiales. Algunos alumnos pensaron que estaría bien construir casas para pájaros y colgarlas de los árboles. Y así ha sido.

En uno de los muros del centro de salud hay un mural de fotografías creado por los alumnos del centro ocupacional Isla, perteneciente a Mater Misericordiae. En distintos puntos del parque hay códigos QR que enlazan con este proyecto. La pedagoga terapéutica Marta Font explicó que la intención es crear un archivo fotográfico "en positivo" de Son Gotleu, ya que la barriada "siempre suele estar relacionada con noticias negativas e incidentes". Los jóvenes de Isla buscaron documentación gráfica, pero al ver que había poco material, fueron ellos mismos quienes tomaron imágenes de la barriada.

Una merienda saludable, preparada por un grupo de madres, puso fin a la inauguración oficial. Ayer quedó claro que Son Gotleu tiene esperanza.