Los vecinos de es Jonquet han recibido una de cal y otra de arena con las medidas del Plan Especial de Protección respecto al futuro de los molinos. Lo mismo les ha ocurrido a los propietarios. Sin embargo, la modificación que para unos es positiva supone un varapalo para los intereses de los otros y viceversa. En concreto, los residentes aplauden el cambio de uso del molino d'en Carreres, que ahora alberga dos discotecas dos discotecas y con el nuevo proyecto se deberá reconvertir en un restaurante. Por el contrario, critican que el plan permita viviendas en los molinos de sa Garriguera y d'en Celos, ya que consideran que debe ser un equipamiento público.

Desde el punto de vista de los propietarios de estos dos molinos abandonados, empiezan a ver la luz al final del túnel, aunque no se lo creerán del todo "hasta que no esté firmado y publicado en el BOIB", en palabras del presidente de la junta de compensación de los cinco dueños, Antoni Oliver. "Han pasado 30 años desde que nos comenzamos a reunir con el Ayuntamiento. Hemos discutido sobre el futuro de los molinos con todos los alcaldes que han pasado por Cort. Nos sentimos cansados, por lo que queríamos que fuesen expropiados, aunque estamos contentos con la actual solución, porque resolverá un problema que se ha prolongado demasiado tiempo", recuerda.

La asociación de vecinos del tradicional barrio también pidió su expropiación y la concejalía de Urbanismo y Modelo de Ciudad estudió dicha posibilidad, pero el consistorio "no tiene dinero para esto", tal como afirmó el gerente del área, Joan Riera, el lunes junto al futuro alcalde, Antoni Noguera, durante la presentación del plan, que será aprobado en el próximo pleno municipal.

Destacó que la alternativa que permite "equilibrar los usos del barrio" es que sa Garriguera y en Celos se conviertan en viviendas. Si fuese otro restaurante, "habría una densidad excesiva" de este tipo de negocios, "teniendo en cuenta la escala de es Jonquet". Actualmente, podría serlo, según el portavoz de los propietarios, porque "está calificado como uso sociocultural, lo que significa que un 60% debe tener este fin y un 40%, para restauración". Cuenta que cuando iban a impulsar esta opción, el barrio fue declarado Bien de Interés Cultural, en 2009, y no pudieron hacer "la reforma prevista", alega.

Los vecinos critican el estado de degradación en que se hallan los molinos y recuerdan que, con la Ley de Patrimonio en la mano, "podrían obligarles a reformarlos y no lo han hecho", en palabras del vocal de Urbanismo de la entidad ciudadana, Pep Balaguer."Tengo una licencia"

Por contra, el portavoz vecinal dice "chapó" al cambio de uso del molino que tiene dos discotecas, una medida "incomprensible" para el dueño de dichos negocios, Juan Nieto. "Tengo una licencia [de actividad] y no me la pueden quitar, por lo que Cort se debería poner en contacto conmigo para llegar a un acuerdo", afirma quien regenta los establecimientos de ocio La Demence y Sabotage, que se encuentran en el molino d'en Carreres, también catalogado como Bien de Interés Cultural. Desconoce si presentará alegaciones a la aprobación inicial del plan de es Jonquet, pero destaca que ha "invertido mucho en este establecimiento" y cree injusta la decisión municipal.

Frente al argumento de que el Ayuntamiento lo ha hecho para acabar con el ruido nocturno, el propietario de las discotecas dice que "solo están abiertas dos días a la semana y, por la misma razón, tendrían que cambiar el uso de las demás. ¿Por qué unas sí y otras no?", se pregunta en referencia a la "decena" de establecimientos de este tipo en el barrio.

El presidente de la asociación de ocio nocturno, Jesús Sánchez, admite el problema de compartir el uso residencial y de ocio, por lo que propone "trasladar la licencia de las discotecas a otra zona".