El juez Manuel Penalva, que instruye el sumario por la presunta corrupción en la Policía Local de Palma, ha archivado una pieza separada en la que se investigaba al exedil del PP Carlos Veramendi. El magistrado ha sobreseído esta pieza, en la que se trataban de aclarar supuestas presiones del político para que se cerraran algunos locales ubicados cerca de su domicilio. Veramendi fue imputado por presuntos delitos de coacciones y tráfico de influencias.

El político declaró por estos hechos el pasado 9 de agosto. Durante su comparecencia ante el juez, Veramendi negó haber llamado al jefe de la Patrulla Verde, Biel Torres, para quejarse por las molestias que le ocasionaban algunos restaurantes situados alrededor del edificio. Es más, el también exdiputado del PP rechazó en todo momento haber bajado siquiera a quejarse a los propietarios y presentó ante el juez las actas de la comunidad de vecinos, que denunció a los restaurantes antes de que él se mudase a vivir allí.

Carlos Veramendi desmintió que en alguna ocasión se aprovechara de su influencia política y utilizara a la Policía Local para perseguir y sancionar a los locales nocturnos, situados cerca de su domicilio, porque le molestara el ruido de las terrazas. El juez le imputaba los delitos de coacciones y tráfico de influencias.

El juez contaba con cuatro declaraciones de testigos, todos ellos propietarios de locales nocturnos situados en la calle Industria de Palma, que coincidían en denunciar el acoso policial que sufrieron durante años, que consistía en una repetición de inspecciones. Algunos de estos locales sufrían hasta tres inspecciones cada semana, con las correspondientes mediciones de ruido y petición de los mismos documentos. Las mediciones, según las pruebas que manejaban los investigadores, siempre confirmaban que el nivel de ruido era el permitido. De las múltiples actuaciones, solo se puso una sanción por exceso de ruido. El policía, según el denunciado, colocó el medidor junto a una batería durante un concierto musical.

Patrulla Verde

Veramendi negó que tuviera contacto directo con el exjefe de la Patrulla Verde, Gabriel Torres, ni que fuera él, por su condición de cargo político, el que insistiera a la Policía Local para que realizara constantes controles a estos locales. El político aseguró que el malestar por el ruido que generaban estos negocios era muy anterior a la fecha en la que él compró su vivienda. Esta afirmación la acompañó con varias actas de reuniones de la comunidad donde se menciona este problema. Aclaró que no denunciaba a título personal, sino en nombre de los vecinos.

A la Policía no le constaban denuncias de otros residentes, solo del exregidor. De hecho, los empresarios que declararon insistieron en que la presidenta del edificio donde vive Veramendi les aseguró que no le molestaba el ruido, al contrario, le gustaba el ambiente que generaba la presencia de las terrazas de los bares.

Los empresarios también coincidieron en denunciar que la Policía Local siempre realizaba la inspección a la hora que sabía que hacía más daño al negocio. La actuación era siempre por la noche, cuando había más clientes. Los agentes obligaban al dueño del local a parar la música y a encender las luces. Ante la situación incómoda que suponía la presencia policial, muchos clientes se marchaban del local, ocasionando graves perjuicios al dueño.