La Lonja lleva tres décadas luchando contra el ruido o "maltrato acústico", como expresó elocuentemente en 2009 Feli Marcos, una de las voces del barrio más contundentes frente a la vulneración de un derecho fundamental: el del descanso. No solo no se ha solventado el problema sino que el temor a que se agrave frente a la inminente saturación turística, en 'la mejor temporada', les ha puesto en guardia. "Estamos aterrorizados", confiesa Francina Flexas, residente en la zona. Han decidido emprender acciones judiciales.

"Vamos a demandar al Ayuntamiento por estar de brazos cruzados frente al incumplimiento de uno de los derechos fundamentales, recogido por la Constitución española", explicó ayer a este diario, Lluís Gallardo, abogado especializado en litigios contra el ruido.

La lucha en los tribunales de uno de los barrios más afectados por la contaminación acústica es larga. El cambio de alcaldes y partidos políticos, obviamente, no les ha sido ajeno, pero, como apunta su letrado, "del actual equipo esperaban un cambio de actitud que no se ha producido. Son los mismos perros con distintos collares", opina.

Francina Flexas sintetiza la particular epopeya de unos vecinos hartos y decepcionados: "Tres años atrás, encargamos mediciones cansados de que Cort no las hiciera ni aprobara restricciones, porque estábamos seguros de que no se cumplían los criterios de los decibelios permitidos. Pusimos el asunto en manos de un abogado. En el primer juicio, el Ayuntamiento lo negó y la juez hizo suyos los argumentos de la Defensa. No nos conformamos con esta sentencia y apelamos al Tribunal Superior de Justicia de Balears que la admitió a trámite. Ni siquiera nos cargó las costas. Nos dio la razón". El abogado puntualiza, "incluso amonestó a la jueza y a la fiscal".

El gobierno del anterior alcalde, Mateo Isern, "pidió nuevas mediciones, pero no jugó limpio", opina Gallardo. Se estableció una zonificación "hecha a la medida de algunos locales; y así mientras se detectaban zonas que sobrepasaban el límite de decibelios permitido, en otras nos dijeron que no estaban tan mal, pero que las vigilarían. Lo que hicieron fue adelantar el cierre de locales media hora, hasta la 1 y hasta las 3, los fines de semana. Pero dejaron fuera las calles donde hay bares de copas como la de Jaume Ferrer", detalla.

"Jugada"

Cort presentó las modificaciones a las asociaciones de propietarios de locales y restauradores, pero no lo llevaron a pleno. "Fue una jugada, porque si es el Pleno quien resuelve, pero el informe no ha pasado antes por los servicios técnicos, los vecinos no podemos hacer nada frente a este defecto de forma", opina Gallardo.

Hubo elecciones y los vecinos de la Lonja pensaron "esperanzados" que habría cambios. "Tuvimos reuniones con Hila, volver a explicar todo, ¡un desgaste! Cuando fuimos al regidor de distrito centro, nos dijeron que no tenían un técnico de sonido que pudiera tomar las mediciones porque el suyo está en la cárcel. O sea, que han estado dos años de gobierno sin haber cubierto este puesto, y no hay sustituto. ¡Son unos incompetentes!", expresa enojada esta vecina de la Lonja.

"Nos están matando poco a poco", aseguraba en su escrito Feli Marcos. Ocho años después, la Lonja no se arredra y vuelve a pugnar por sus derechos. Este verano demandarán a Cort.