El Terreno tiene varios frentes abiertos, y uno muy importante es el del aparcamiento. Con densidades muy altas, los cálculos hablan de mil plazas de estacionamientos necesarias para atajar el problema. Así lo indica Xavier Abraham, el presidente de la Asociación de Vecinos de este barrio. Tres semanas atrás, expresaron al alcalde José Hila una situación que ha alcanzado cotas desesperadas como la que ocurrió el 18 de diciembre de 2015, cuando un camión de bomberos se quedó atascado en la calle Robert Graves, en el tramo cercano al colegio de la Inmaculada hasta Brigadier Joaquín Ruiz de Porras.

"Lo que se necesita es un plan integral para el barrio ya que muchas de las calles se han convertido en auténticos aparcamientos. O, como en el caso de la calle de Robert Graves, un peligro latente a la espera de una ocasión. También es muy gráfica la situación que se vive en la plaza Mediterráneo, que es un aparcamiento", señala.

Otra de las peticiones que duermen el sueño de los justos es la de un semáforo que ralentice el tráfico a la altura de la plaza Remigia Caubet. "El problema es global. El Terreno debe contar con un plan de tráfico ambicioso, y para ello se requiere un estudio global", opina Abraham.

Nórdicos le echan el ojo

La actual inversión, sobre todo extranjera, también se ha fijado en un barrio que ya históricamente cuenta con una alta presencia de residentes foráneos. Si esta Babel fue morada "barata" para personas como Robert Graves, Gertrude Stein o Mario Benedetti, hoy los precios se han disparado. Los nórdicos le han echado el ojo al barrio. Una de las últimas adquisiciones ha sido la venta de los locales donde estuvieron los conocidos negocios La Casita, cerrado muchos años atrás, y el Dylan; además de la cercana pastelería.

"En El Terreno están aumentando las viviendas, y si el barrio va a ser la base del Plan Litoral de Ponent, esto se traducirá en más tráfico. El coche se tendrá que adaptar al espacio que tenemos. Y, desde luego, Joan Miró deberá dejar de ser una vía rápida como lo es ahora. Esto además resulta un peligro", subraya el representante vecinal de la zona.

El Terreno cuenta con los aparcamientos del 2 de Mayo, donde estuvo el hotel Sayonara, y el de la calle Joan Miró. Son insuficientes para dar respuesta a esas mil plazas que requiere la población de un barrio que es un meandro sinuoso de callejuelas. Además no es habitual que los inquilinos tengan aparcamiento en sus casas o en las fincas de piso donde viven.

"Pensar en El Terreno de aquí a 20 años es calidad de vida, pero algunos problemas como el hacer transitables las calles, reclaman una solución más rápida", indica Xavier Abraham.