Las cofradías resplandecían al sol a medida que los fieles se iban apelotonando en la plaça de Sant Francesc para ver partir la procesión del Sant Enterrament de la Cofradía de la Juventud Seráfica, fundada en 1930.

El silencio se apoderó de la plaza cuando los tambores anunciaron el comienzo de una de las procesiones más emblemáticas de la Semana Santa. Eran las 19.10 horas cuando el paso del Sant Entrerrament salía de la iglesia de Sant Francesc de Palma. El buen tiempo de esta tarde ha favorecido que numerosos seguidores y turistas maravillados por la estampa religiosa se acercaran al casco antiguo para vivir el solemne acto que, junto a la del Crist de la Sang del Jueves Santo, marca un hito en estas fechas.

"Hay que sentir pasión por lo que se representa, sino es mejor no participar", ha asegurado el cofrade Francisco Gómez, miembro desde hace 12 años de La Calatrava, la cofradía más antigua de las que desfilan en Palma. Los hermanos de la cofradía más veterana han transportado al Cristo en medio de un silencio absoluto.

"Hoy parten todas las cofradías de Ciutat desde aquí y termina con el entierro de Jesucristo en la igeslia de los agustinos, en Socors", ha explicado el padre Tomeu Pont. Los 33 estandartes han recorrido un abarrotado casco antiguo que se ha ido vaciando a medida que caía la noche.

Pero cientos de fieles han permanecido en la plaza de Sant Francesc pendientes de la salida de los penitentes que recorren en estos momentos la misma ruta de los últimos años hasta llegar a iglesia del Socors. Una vez terminada la procesión bien entrada la noche, el Sant Enterrament será sacado del sepulcro y llevado a hombros al altar del templo, donde lo aguardan las dos vírgenes Dolorosas.

En la procesión del Viernes Santo, en la que han participado cerca de 3.500 cofrades, uno de los momentos más esperados ha sido la salida de los pasos de Nostra Senyora de l´Esperança y Nostra Senyora de la Salut, los dos únicos portados por costaleros y que han recibido fuertes aplausos.