Las obras para la conversión del tramo de la autopista del aeropuerto comprendido entre la confluencia de la calle Manuel Azaña y el cauce del torrente de na Bàrbara comenzarán después del verano. Lo confirmó ayer la consellera de Territorio del Consell de Mallorca, Mercedes Garrido, institución de la que depende aún este tramo de autovía.
El departamento insular de carreteras ya dispone del proyecto de ejecución de las obras, que ha sido supervisado por el departamento de Movilidad de Cort. Garrido justificó la tardanza en la redacción del proyecto porque su departamento ha tenido que encargarlo a un ingeniero externo de la institución por falta de personal propio.
Se da la circunstancia de que este profesional ya trabajó en un anteproyecto que afectaba a este mismo tramo encargado por el Ayuntamiento de Palma, cuando se negociaba con la institución supramunicipal la asunción por parte de Cort del tramo de la actual autopista del aeropuerto situado entre la confluencia de la vía de cintura y el Moll Vell.
Las obras que se van a ejecutar después del verano en este tramo situado delante del Palacio de Congresos pretenden pacificar el tráfico rodado, además de ajardinar los actuales arcenes, que se van a convertir en aceras.
El proyecto tiene un coste de 700.000 euros que serán aportados por el Consell de Mallorca a cargo de los fondos de capitalidad del año pasado. De hecho, inicialmente se preveía que esta actuación pudiera realizarse antes de que finalizaran las obras del Palacio de Congresos, puesto que si bien no van a afectar a la acera más próxima a la infraestructura congresual ni a la de su hotel anexo, sí que se deberá actuar en la mediana y en la acera situada junto a los edificios de enfrente.
El proyecto consiste en la continuación de la acera del lado de tierra desde Manuel Azaña hasta el torrente de na Bàrbara, la construcción de una nueva mediana con un nuevo aglomerado y la reducción de la anchura de los actuales carriles de circulación, que pasarán de los 3,5 metros actuales a 2,80. Se trata de una anchura propia de una vía urbana, lo que obligará a reducir a 50 kilómetros por hora la velocidad en todo este tramo.
También se procederá al ajardinamiento de la zona y a la supresión de los actuales arcenes propios de autopista situados entre el torrente y la calle Puerto Rico para convertirlos en aceras. Asimismo, otra actuación relevante consistirá en la apertura de la calle Brotad a la actual autovía, lo que permitirá por primera vez desde que se ejecutó en los años setenta la urbanización de esta zona una salida rodada desde el Nou Llevant. Este cruce va a estar señalizado mediante semáforos. Se prevé también la instalación de un paso de peatones. Se trata de una actuación parecida a la realizada hace poco más de tres años, cuando se abrió el acceso desde la autovía del aeropuerto a la calle Puerto Rico, aunque en este caso la circulación es de entrada al Nou Llevant, mientras que la proyectada en Brotad es de salida. Por el momento, según indicó Joan Cifre, coordinador jefe del departamento de Carreteras del Consell de Mallorca, desde la calle Brotad solo se permitirá el giro a la derecha en dirección al centro de la ciudad. En un futuro, no obstante, cuando se ejecute la salida prevista a la autovía desde el Portitxol también se permitirá desde Brotad el giro a la izquierda en dirección al aeropuerto.
La conversión del tramo de autovía situado entre la vía de cintura y el Moll Vell, se incluyó a principios del siglo por el urbanista Joan Busques en la modificación puntual del Plan General de la fachada marítima del litoral de Llevant. El arquitecto sostenía que se podía "pacificar" el tráfico rodado en esta zona manteniendo los tres carriles de circulación, aunque estrechándolos, ampliando las aceras tanto del lado del Nou Llevant como del Portitxol y dejando una mediana de hasta tres metros. El Consell de Mallorca rechazó en aquel momento esta propuesta y la excluyó de la aprobación definitiva de la modificación del planeamiento.
