Aunque la Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram (Emaya) finalizó el año pasado con un beneficio contable de 23,6 millones, en realidad, si no se tiene en cuenta el ingreso extraordinario de 26,52 millones procedente de la sentencia positiva de la recogida neumática, registró un déficit de 3 millones. Según la presidenta de la empresa, Neus Truyol, 1,5 millones del déficit se deben al incremento de las compras de agua desalada para hacer frente a la sequía.