La pista deportiva de Can Baró, en la barriada de Son Armadans, ha sido objeto de dos mediciones sonométricas con el fin de determinar el exceso de decibelios que sufren los vecinos y llevar a cabo las actuaciones necesarias para que no vuelva a ocurrir. Una sentencia judicial obligó el año pasado a Cort a cerrar la pista del Institut Municipal d'Esports (IME) hasta que solucionase el problema.

El recinto deportivo fue reabierto el miércoles por la tarde y el jueves por la mañana para realizar las pruebas con alumnos de la Federación de Patinaje y con estudiantes de Educación Física del colegio las Escolapias, uno de los tres centros que utilizaban este espacio público para hacer sus clases.

El ingeniero industrial y vicedecano del Colegio Oficial, Darío Verd, se encargó de las mediciones tras la adjudicación del concurso público convocado por el IME para este fin. Según explicó el gerente, José María González, en una primera fase se tiene que hacer un estudio sonométrico de la actividad y un informe que dictamine la viabilidad de ejecutar un proyecto para reducir el ruido. En la segunda fase, cuando se realicen las mejoras pertinentes, se debe volver a medir el nivel de decibelios para comprobar que no supera lo permitido por la normativa, tal como establece la sentencia.

El responsable del IME destacó que es prioritario para el Ayuntamiento abrir la pista cuanto antes, ya que se trata de un equipamiento municipal que da servicio a las federaciones de patinaje y balonmano, a tres centros educativos de la zona y a aficionados de otros deportes. Una pareja que sufría el continuo ruido de estas actividades denunció al consistorio y ganó en los tribunales. r. galán