Hace unos tres años, Josefa Garrido, vecina de Son Ferriol, empezó a encontrarse mal. De repente, sentía un dolor en el pecho que tal como venía, se iba. Además, le costaba respirar. Llegó a perder hasta 12 kilos de peso... Así hasta que un día accedió a someterse a una biopsia y su doctora tuvo un diagnóstico: alveolitis alérgica extrínseca. Una enfermedad causada, principalmente, por respirar aire con micropartículas procedentes de excrementos de aves.

Josefa no tiene animales en casa, ni gallineros cerca, pero sí una base de palomas mensajeras colindante con su patio. Y mientras el diagnóstico les tranquilizó, a ella y a su familia, al quedar descartadas otras enfermedades, empezó un proceso burocrático con el ayuntamiento de Palma que aun no se ha resuelto.

Acabar con el problema

"Lo que quiero es que quiten el palomar". Josefa se refiere a la estructura de obra construida hace muchos años por un vecino y que es la causa, reitera, de su enfermedad, una inflamación pulmonar debido a la exposición prolongada a niveles altos de polvos orgánicos, hongos o mohos, como son los excrementos de palomas. De hecho, Garrido está a la espera de recibir un certificado médico para solicitar al Ayuntamiento que tome medidas.

Ya lo pidió hace unos meses, alegando su enfermedad, con copia de informes médicos, y consiguió que los técnicos de Cort se desplazaran e inspeccionaran el palomar. El informe veterinario municipal asegura que la "base de palomas" estaba en "buenas condiciones higiénicas" y que "el propietario de los animales se compromete a reducir sustancialmente el número de palomos". Y así se zanjó el asunto.

Josefa insiste en que no se trata de denunciar unas "molestias", como ha calificado el área de Ecología, Agricultura y Bienestar animal del Ayuntamiento o de una cuestión de suciedad -que no es el caso-, sino de garantizar la salud. "Yo creo que primero están las personas que los animales", comenta esta mujer de 78 años, quien ha requerido oxígeno durante un año. "Estoy enferma por culpa de las palomas", insiste.

Josefa presentará de nuevo una queja al Ayuntamiento, esta vez acompañada del certificado médico donde explícitamente se relacione como causa de su enfermedad la existencia del palomar. Asegura que no quiere entrar en conflicto con su vecino y por eso la reclamación siempre se ha hecho por la vía oficial.

Cort revisa la normativa

Fuentes municipales confirmaron ayer que una vez recibida la petición con el certificado médico, la Policía local levantará acta y se tramitará un expediente. Las mismas fuentes aseguraron que se han dado casos en que se han incautado animales o se han dictado medidas correctoras cuando la tenencia de mascotas u otros animales chocaban con la salud de las personas.

Sobre esta cuestión, y según figura en la respuesta oficial que recibió Josefa por parte del Ayuntamiento a principios de mes, se está revisando la normativa municipal para recoger casos como el suyo "que permitan una mayor garantía de la salud humana".

Este diario se puso ayer en contacto con el propietario del palomar, quien prefirió no hacer declaraciones sobre esta queja, pero aseguró que cuenta con todos los permisos para tener esta instalación, hecho que, por otro lado, no se cuestiona.