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Costaleras

Las mujeres ensayan su primera 'levantá'

Las costaleras de la hermandad Humildad y Paz se estrenarán el Domingo de Ramos tras una veintena de horas preparándose

El ambiente distendido reina en el local de la hermandad mientras se ayudan mutuamente a ponerse el costal y la faja. La tela sobre la cabeza, mezcla de saco y algodón, tiene que estar muy bien colocada para tratar de evitar que resbale la trabajadera (las vigas del paso) y la faja se aprieta para proteger los riñones de las 30 costaleras de Humildad y Paz. Es una noche de ensayo más por las calles de Son Cladera, dos horas a la semana desde que empezaron a practicar en enero, y se están preparando para su primera levantá durante la Pascua palmesana.

El Domingo de Ramos alzarán el paso de la Virgen de la Paz y se estrenarán en la procesión que da inicio a la Semana Santa portando una tonelada de peso entre todas, es decir, más de 30 kilos cada una. Queda menos de un mes para que las mujeres de la hermandad más reciente de Palma, fundada en 2008, levanten al unísono la talla de la Dolorosa tras escuchar los tres golpes del llamador. "Es muy emocionante. En los ensayos lo sentimos como si fuese real", dice Marta Pérez. Ella -al igual que el resto de las costaleras- vivió su primera levantá "en septiembre, por la festividad de la Virgen de la Paz, y fue muy bien. Lo logramos", se congratula. Ahora la presión es mucho mayor por ser la Semana de Pasión, con numeroso público y un recorrido más amplio, pero están seguras de que "no habrá problemas", destaca Noelia.

Cada una en su sitio

Aina, Estefi, Mari Carmen, Leti, Laura -la más joven, de 17 años-, Alicia, Luisa, Cristina y las demás salen del local y una tras otra se meten bajo la gran estructura de madera que el domingo día 9 de abril paseará a Nuestra Señora de la Paz por el centro de Palma. El hermano mayor, Paco Almuedo, se encarga de la igualá, es decir, de colocar a las costaleras en cada trabajadera según su altura, de mayor a menor. "Las veteranas y las que están más fuertes cogen las patas del paso. Los laterales (costeros) son ocupados según la antigüedad y las nóveles quedan en el centro", explica. No obstante, a veces hay que hacer encaje de bolillos o jugar al Tétris para que todo cuadre.

El responsable también incide en la importancia de "la forma de cargar, que se realiza justo encima de la séptima cervical debido a que tiene una protuberancia. La trabajadera se apoya en ella, pero sobre la llamada morcilla (parte de la tela de saco del costal) para evitar que el peso de la madera dañe el cuello", detalla. Cuando hay diferencias de altura entre las costaleras de una misma hilera, se coloca un taco entre las morcillas y las trabajaderas.

Una vez preparadas, empieza a sonar la música procedente de la radio de un coche enganchada a una batería, todo ello instalado encima de la estructura, donde también hay cajas con botellines de agua, más tacos para salvar los desniveles de la calle, toallas y una luz trasera para ser vistos por los conductores del barrio de Son Cladera, donde ensayan a pesar de que pertenecen a la parroquia castrense de Santa Margarita, en plena calle Sant Miquel.

El variado material se sustituirá el Domingo de Ramos por la talla expuesta en dicha iglesia, aunque en los ensayos lo importante es practicar sin adornos, paso a paso, como los que dan cada viernes por la calle Cala Bona al ritmo de las marchas de palio. Siguiendo las instrucciones del hermano mayor -"un poco a la derecha", "Fran, dame un taco de uno, por favor"-, las costaleras finalizan el recorrido sin contratiempos. Si el día del estreno en Semana Santa tuviesen algún percance o alguna no aguantase, habrá una cuadrilla de hombres para coger el relevo, aunque el entusiasmo y práctica de las 30 mujeres de Humildad y Paz hacen prever lo mejor.

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