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Palma a palma

Hemerotequeando

Hemerotequeando

Existe un ejercicio interesante, que muy pocos practican. Es tan fácil como hojear los diarios de las hemerotecas. En Palma funcionan bibliotecas con interesantes colecciones de diarios antiguos. Un tesoro de conocimiento y curiosidad.

El periódico es algo tan actual y efímero que a los dos días ya está desfasado. Al mes, suena a marciano. Y después de varios años, se convierte en historia pura. No es necesario remontarse a diarios muy lejanos. A veces, el paso de las cosas y la evolución de la sociedad son más palpables en los testimonios cercanos.

Yo recomiendo ir en busca de diarios de una época que hayas vivido. Los tiempos más remotos casi son arqueología, porque no interviene el recuerdo. Pero cuando buscas la imagen de esos años de un pasado no tan lejano, que para ti son iguales que los de ahora, te sorprendes.

Lo primero que compruebas es cómo cambia la estética de las cosas en poco tiempo. Los anuncios, las ilustraciones, la paginación, se alteran y evolucionan. Tú no te das cuenta, porque ocurre como con las personas a las que ves cada día. No percibes los cambios. Pero si te tropiezas con alguien que hace veinte años que no frecuentabas, entonces eres consciente.

Hemerotequeando te encuentras con frases hechas, latiguillos, referencias que entonces todo el mundo entendía o utilizaba, y ahora suenan a antiguo. Los lugares comunes de entonces no son los mismos que los de hoy.

Das con muchos cines, restaurantes, cafés, que han cerrado. Y te parece mentira, cuando los ves tan vivos en las fotos y los reportajes. Cuando recuerdas tan vivamente al camarero, al cocinero, el local. Todo pura fantasmagoría.

También es una lección leer antiguas entrevistas. Compruebas como muchos personajes públicos de ahora decían entonces cosas bien diferentes. Tenían un aspecto que se te hace raro. Algunos se delatan chaqueteramente con el paso del tiempo. Otros se ennoblecen por seguir defendiendo las mismas cosas.

El hemerotequeo te enseña a relativizar las verdades de tertulia. A ver muchos problemas en perspectiva. Te hace añorar cosas perdidas, y valorar otras que ahora sí que tienes.

Y sobre todo te permite comprobar cómo tú también has cambiado como lector de diarios.

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